Francia retira a su embajador en Africa del Sur
El primer ministro francés, Laurent Fabius, anunció ayer la suspensión de todas las nuevas inversiones de Francia en África del Sur y la retirada del embajador en Pretoria, como protesta contra el "inadmisible" régimen del apartheid. El Reino Unido se niega de momento a adoptar medidas similares. Según informó ayer la policía surafricana, al menos 653 personas han sido detenidas desde el establecimiento, el pasado domingo, del estado de emergencia en 36 distritos de las provincias de El Cabo y Johanesburgo.
"Para todas las personas comprometidas con la justicia y los derechos humanos", dijo Laurent Fabius, "el régimen de apartheid es inadmisible. Institucionaliza la segregación racial y atenta a los principios morales y políticos en que se funda nuestra sociedad". La declaración de Fabius añade: "Los acontecimientos de los últimos días muestran un nuevo y grave deterioro ( ... ), y el Gobierno de África del Sur acentúa su represión dando plenos poderes a la policía, multiplicando las detenciones arbitrarias, dando orden de disparar sobre la población".Francia, asimismo, ha pedido para hoy una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, a fin de tratar sobre Suráfrica.
El establecimiento del estado de emergencia para hacer frente a los disturbios raciales que se prolongan desde hace 17 meses y que han causado hasta el momento unos 500 muertos, no impidió que ayer continuaran los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas policiales en las ciudades negras situadas en las proximidades de Johanesburgo.
Fuentes del Comité de Apoyo a los Familiares de los Detenidos informaron que las acciones policiales continúan en las dos provincias afectadas por el estado de emergencia, que da poder a las autoridades para retener indefinidamente a todo sospechoso y mantenerlo incomunicado sin que se formulen cargos en su contra.
El obispo surafricano de raza negra y premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu, declaró ayer que desea encontrarse con el presidente surafricano, Pieter Botha, para conversar sobre soluciones que pongan fin a los disturbios. "Yo estaría dispuesto ahora mismo si las conversaciones no se reducen, por su parte, a una mera fachada", dijo Tutu.
El ministro de Exteriores, Roelof Botha, defendió ayer la implantación del estado de emergencia. "Hay demasiado en juego", dijo, "para dejar a los agitadores, que queman vivas a las personas, la capacidad de decidir sobre el futuro del país".
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