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Alto secreto: Blancanieves es la madrastra de Cenicienta

Parecía que la intervención del nuevo reponsable de Economía y Hacienda ante los medios de información con noticias muy positivas para los intereses de la renta variable impulsaría hacia arriba el negocio bursátil. No ocurrió así. A duras penas el índice general ganó una simbólica centésima, en medio de un clima no demasiado transparente.Podría decirse que la bolsa está empezando a jugar a la política. Por lo menos ésa es la sensación que tienen algunos operadores cualificados. Los intentos que pudieron observarse ayer para impedir que los cambios tendieran al alza -sólo hace falta ver las complicadas listas de cambios registrados a lo largo de la contratación- no respondían a causas internas, y daba la impresión de que algunos no querían aportar ningún granito de arena al segundo Gobierno socialista.

Pero la debilidad que vive el mercado estos días sí tiene un origen técnico, ya que la contratación se verá cortada en la próxima semana por la festividad de Santiago y al día siguiente se cancelan las operaciones de crédito. Eso supone que algunos operadores han estado vendiendo estos días -también ayer, incluso sin beneficios- para disponer de la liquidez necesaria para hacer frente a sus compromisos. Y es que el sentimiento bajista vuelve muy prudente a todo el mundo.

No es raro, por tanto, que el martes y el miércoles el negocio se haya mantenido en niveles muy poco superiores a los 1.000 millones de pesetas efectivas. También es coherente con esta situación que las compras a crédito se hayan situado en torno a los 17 millones de pesetas, una cantidad ridícula en comparación con jornadas anteriores.

A nivel inmediato, sin embargo, los expertos se muestran bastante optimistas con las posibilidades de reactivación bursátil. No son pocos los que consideran que el mercado necesita aún algunas sesiones para asimilar las líneas de la política económica anunciada por Carlos Solchaga, aunque por el momento existe cierto sentimiento de incredulidad o, al menos, de espera. Así que las palabras deberán comenzar a concretarse en hechos.

La espera, en cualquier caso, no va a ser muy larga. Los expertos aguardan el resultado de la subasta de pagarés del Tesoro, que se celebra hoy, para confirmar si efectivamente los tipos de interés se encaminan a la baja. Por el momento, el banco emisor volvió a intervenir ayer en el mercado con una subasta de préstamos al 14,250% -igual que el martes-, mientras que pagarés de regullación a tres meses se han estacionado en el 13%. El interbancario flexionó una décima a la baja, con tipos del 14,14% en depósitos y 13,41% en pagarés, ambos a tres meses.

Y, a pesar de que los operadores se han sentido desincentivados a causa del retraso de la modificación del tratamiento fiscal para las inversiones en capital-riesgo (hubiera sido más apetitoso que hubieran sido aplicadas a partir de este mismo ejercicio), el entorno mundial ofrece suficientes elementos como para pensar que el ciclo económico alcista puede durar más de lo que habían calculado los expertos.

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