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Las comunidades autónomas, foco potencial de déficit público

ENVIADO ESPECIALLas autonomías son un foco de déficit público más potencial que real. Con sus competencias, el Estado les ha transferido también unos ingresos inferiores a los gastos. Aunque la escasa descentralización hasta hoy -un 29% de los recursos estatales- ha originado duplicidades, la responsabilidad del aumento de costes corresponde tanto a la Administración Central como a las autonómicas, y ambas deberán corregirlos. Así presentaron el problema la decena de profesores universitarios y políticos que intervinieron ayer en el curso sobre déficit público organizado esta semana por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de Santander.

Pese a que el estado de las autonomías previsto en la Constitución está rodeado desde el inicio de numerosos prejuicios sobre sus posibles consecuencias en el gasto público, los participantes en el curso lo relegaron en uno de los últimos lugares como foco de déficit. El director del seminario, el profesor Fuentes Quintana, consideró con mayor preocupación la Seguridad Social, las empreas públicas, la persistencia de un capitalismo corporativo y las carencias del sistema fiscal, por este orden.

Fuentes Quintana mantuvo la opinión de que una de las distinciones del déficit español respecto a otros países radica en que todas las Administraciones Públicas están abiertas al mismo. Pero al final matizó: "Por ahora es un elemento más potencial que real. Las autonomías han recibido funciones, y no tienen recursos suficientes para pagarlas. En consecuencia, se han endeudado y ello pesará sobre el futuro".

El mayordomo sospechoso

De hecho, la diferencia entre ingresos y gastos por parte de las 17 comunidades autónomas ha quedado muy lejos de los 150.000 millones de pesetas lanzados hace un año desde el Ministerio de Economía y Hacienda. Las últimas estimaciones sobre 1984 apuntan hacia una tercera parte, y ayer parecieron todavía excesivas a varios ponentes del curso.

"Somos el mayordomo sospechoso de una mala película de misterio", aseguró el viceconsejero de Hacienda de la Junta de Andalucía, Braulio Medel. "Pero el proceso autonómico ha demostrado que se puede desarrollar con la estabilización del déficit de las Administraciones Públicas, que bajará desde el 6,15% del Producto Interior Bruto en 1983 -equivalente a 6,15 de cada cien pesetas producidas en España- al 5,33% en 1985. Las previsiones para el presente año indican que el de las comunidades autónomas será del 0,33% del PIB". No obstante, agregó que falta una visión de globalidad a nivel estatal.

Joan Colom, diputado socialista por Barcelona, reiteró que "no puede hablarse de déficit por transferencia de servicios, cuando el Estado también lo habría tenido si ejerciera esas funciones". A su juicio, hay que replantear los mecanismos financieros, algunos de los cuales han sido desnaturalizados, como el Fondo de Compensación Interterritorial, que fue concebido en un principio sólo para las zonas subdesarrolladas.

Entre el repertorio de censuras a la Administración Central, Josep María Bricall, catedrático de Economía y Política en la Universidad de Barcelona, dijo que el sistema transitorio para financiar las autonomías ha sido una pérdida de tiempo llena de cautelas, y apuntó como solución el identificar desde un principio qué tipo de gastos corresponden a los Gobiernos subcentrales.

Igualmente, el profesor de la Universidad de Madrid, Ángel Melguizo, atribuyó a la política presupuestaria el dificultar la construcción del Estado de las autonomías, dotado de los tributos con menor capacidad de ingresos y equidad, y que apenas administra un 29% del gasto total si se cuentan también los ayuntamientos, frente al 50% de que se hablaba en un principio.

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