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Armando Albert: "Para hacer biotecnología se necesita un ambiente nuevo"

En 1987 entrará en funcionamiento un centro nacional español

La biotecnología es casi tan antigua como la humanidad, como lo demuestran el vino y la cerveza. Lo que diferencia esta biotecnología tradicional de la actual es que el desarrollo de las ciencias biológicas y, sobre todo, la posibilidad de manipular genéticamente los microorganismos la han convertido en lana de las tecnologías emergentes más prometedoras y con más utilidades, según Armando Albert, director del curso desarrollado esta semana en la universidad Internacional Menéndez Pelayo sobre la biotecnología como aplicación de los avances biológicos a la producción.En este curso se ha querido ante todo abordar la biotecnología desde una perspectiva pluridisciplinar, rompiendo con la idea de que existe un especialista determinado al que se le pueda considerar como "biotecnólogo". Hacen falta ingenieros genéticos, microbiólogos, bioquímicos, fisiólogos microbianos, biólogos moleculares..., es decir, un conjunto de expertos que deben ponerse de acuerdo para obtener un resultado final.

El problema de realizar un curso con este enfoque", continúa, "es que resulta tan amplio que puede ser,casi una enciclopedia. Hemos optado por abordar los temas en grandes bloques, como aspectos básicos , ingeniería genética en un sentido más general, microbiología aplicada, aplicaciones sanitarias y agrícolas, y, por último, los distintos aspectos de la producción, así como las aplicaciones más recientes en la protección del medio ambiente y los últimos desarrollos de la ingeniería química y bioquímica, completando con ello una panorámica de los fundamentos y principales aplicaciones".

Algunas de estas aplicaciones se concretan en la obtención, por ejemplo, por parte de un grupo de ingenieros en Barcelona de un biogas, que elimina la contaminación producida por granjas en las aguas de los ríos, o los trabajos que se están realizando para conseguir una vacuna contra la peste porcina. Son significativos, también, los trabajos desarrollados en la Consejería de Agricultura, Pesca y Alimentación de la Comunidad Valenciana para erradicar un virus que ataca a los naranjos con una técnica muy interesante, que ha dado lugar a que se hable de una generación de "árboles probeta".

Los planes movilizadores francés y espanol

Pero, sin duda, la intervención que se esperaba con mayor interés ha sido la del profesor Daniel Thomas, secretario general del Plan Movilizador de Biotecnología en Francia y experto internacional en el campo de reactores donde no se emplean células, sino enzimas inmóviles. Sobre este tema, precisamente, estaba centrada su conferencia, pero el cargo político, para el que ha sido recientemente nombrado, ha ofrecido la posibilidad de comparar las similitudes y semejanzas entre el plan movilizador del país vecino y el español, presentado por el propio Armando Albert como asesor científico de la Secretaría de Estado para Universidades e Investigación y miembro de la Comisión Asesora de Investigación Científica y Técnica (CAICYT).

"El plan movilizador se ha planteado con unos objetivos fundamentales. El primero de ellos", dice el profesor Albert, "es la formación de personal investigador, logrando mayor complementariedad entre la Universidad, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y otros organismos públicos de investigación. El segundo sería el apoyo a la investigación básica y aplicada según un programa de prioridades que tenga en cuenta los sectores más interesantes, como sanidad, alimentación, industria, farmacia y protección del medio ambiente. Esta investigación aplicada no se podrá realizar sin un programa de apoyo a las empresas. Para ello se han previsto ya varios procedimientos, como, por ejemplo, financiar el 50% de las investigaciones en aquellas industrias que tienen la boratorios propios con créditos sin intereses. Si la investigación tiene éxito con su aplicación se devuelve la cantidad prestada, y si fracasa, ésta se considera a fondo perdido".

En este plan movilizador está prevista la creación de un Centro Nacional de Biotecnología e Ingeniería Genética, que empezará a construirse este mismo año, en Madrid, y entrará en funcionamiento a principios de 1987, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y una serie de "centros operacionales" situados en distintas comunidades autónomas.

Con un presupuesto de 3.000 millones de pesetas el centro nacional se ha diseñado según un proyecto inicial de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), concibiéndolo, básicamente, como un centro de referencia. Pero el reto más importante es convencer a la industria para que participe en el desarrollo de tecnologías propias. Para España son importantes, por ejemplo, las posibilidades que ofrece la minería biotecnológica, que permite aprovechar con medios muy económicos minerales que hasta ahora están desaprovechados por el alto coste que supone su purificación.

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