EE UU culpa del fracaso a las divergencias surgidas entre los secuestradores
, Ronald Reagan vivió ayer el día mas largo de su presidencia, en el que el optimismo dejó paso a la frustración provocada por el bloqueo, en el último minuto, de la liberación de los 39 norteamericanos secuestrados en Beirut. La Casa Blanca, que a las 4.12 del sábado (10.12, hora peninsular) anunció que los rehenes viajaban a Damasco, se vio sorprendida por la exigencia de los secuestradores de que EE UU garantice que no tomará represalias. El Departamento de Estado dijo que el fracaso de ayer fue consecuencia de las divergencias surgidas entre los propios secuestradores.
Reagan, cuyo estado de ánimo es de "disgusto", según su portavoz, difícilmente podrá aceptar estas exigencias. A pesar de la irritación palpable ayer en Washington, con las perspectivas del fin de semana arruinadas para muchos miembros de la Administración, se confía en que la crisis se resuelva en las próximas horas, incluso hoy domingo, con la definitiva puesta en práctica del completo encaje de bolillos diplomático logrado entre EE UU, Siria e Israel.El Departamento de Estado dijo anoche que el acuerdo alcanzado el viernes con el presidente sirio, Hafez el Assad, se había "despegado", debido a dificultades surgidas entre los propios secuestradores. El portavoz presidencial, Larry Speakes, frustrado tras una noche en blanco en la que llegó a anunciar la liberación de los rehenes, afirmó ayer: "No quiero hacer previsiones", cuando fue preguntado si el secuestro ha entrado en sus últimas horas.
Otro de los escollos finales es la suerte de cuatro americanos, al parecer militares, que la facción shií más radical y pro iraní, Hezbollah o Partido de Dios, puede utilizar como chantaje en estos momentos finales. El principal portavoz de este grupo, Sheik Ibrahim Amin, declaró ayer al The Washington Post que Hezbollah apoya el papel de Siria en la resolución del secuestro, pero advirtió que los secuestradores del avión son el "centro del poder" con el que hay que tratar. La Administración parece que ha abandonado como imposible la exigencia de que los siete norteamericanos secuestrados en Beirut desde hace meses sean también puestos en libertad con los 39 rehenes actuales. Si esto es así y permanecen cautivos, cualquier represalia posterior será más difícil de llevar a cabo.
Estados Unidos confía sin embargo que aunque los rehenes, que ya han hecho las maletas, iban a pasar todavía una noche más en Beirut, existe el compromiso firme de Assad para resolver la crisis. Siria ha considerado suficiente el entendimiento alcanzado entre EE UU e Israel para poner en libertad a los 735 shiíes detenidos en Israel inmediatamente después de la liberación de los americanos.
También surgieron ayer problemas en los detalles de la ejecución de este acuerdo, que convertiría en la práctica la solución en un canje, que será negado oficialmente por Washington y Tel Aviv. El contacto entre Washington y el líder sirio fue constante a lo largo de la jornada.
Las garantías de no represalia que solicita Amal de EE UU y también de Israel son de muy difícil cumplimiento por el Gobierno norteamericano, que se negó ayer a comentarlas afirmando que "nuestra posición de no ceder ante los secuestradores no ha cambiado". Desde la captura del avión de la TWA el pasado 14 de junio, Washington ha reiterado que el incidente debe resolverse sin realizar concesiones y sin negociar con los secuestradores. Reagan, fuertemente presionado por la opinión pública y por los sectores más conservadores del Partido Republicano, no ha descartado una acción militar de represalia cuando los rehenes sean liberados. Lo único que ha rechazado públicamente es un rescate violento de los norteamericanos secuestrado, mediante el empleo de unidades de élite.
El martes la Casa Blanca afirmó que la paciencia americana tiene límites y dio un plazo de "unos días" para resolver el secuestro por la vía de la negociación diplomática. En caso contrario, Reagan tiene preparados planes para ejecutar un bloqueo naval de Beirut y el cierre de su aeropuerto, opciones que podrían necesitar el uso de fuerza militar. Tampoco se descartan operaciones de castigo aéreo contra objetivos localizados, como pueden ser los cuarteles de Hezbollah en Baalbek.
El presidente volvió a sugerir el viernes, en Chicago, la posibilidad de acciones de castigo en el futuro. Reagan calificó a los secuestradores de "bandidos, piratas, bárbaros y asesinos", y aseguró que "no podemos aceptar estos repetidos y viciosos ataques contra nuestra nación y nuestros ciudadanos. Los terroristas y los que les apoyan deben responder por sus actos". Aparentemente fueron estas palabras las que han irritado a los shiíes y han forzado a Berri a pedir garantías de que no habrá represalias.
El presidente, que ha suspendido sus vacaciones de 10 días en su rancho de California, moderó ayer su lenguaje y se mostró menos amenazante.
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