_
_
_
_
La crueldad como fiesta

La piel que cubre España

, La geografía de fiestas patronales en las que el toro juega el papel estrella del espectáculo rey se confunde con la toponimia del mapa español. Allí donde falta es que los presupuestos municipales no alcanzan a cubrir el coste del animal, por muy bregao que esté en la práctica de los encierros, a fuerza de repetir funciones.

Esta especie, de la que un grupo alemán protector de animales ha dicho que "a la tauromaquia sólo se le debe el haber preservado la supervivencia de su bella estampa", sirve para todo. Su variante más civilizada son precisamente las corridas, donde un reglamento ordena el tiempo y las maneras que deben cumplimentarse en los lances con el animal, que adquiere así su máxima consideración y respeto.

Más información
La juerga por un animal
Extraños en una fiesta

De ahí para abajo se permite todo, pues ni el desarrollo económico ni los cambios de costumbres han influido en la extinción del toro como protagonista de todas las fiestas que se celebran de mayo a septiembre. "Por desgracia, la ideología de los alcaldes tiene poco que ver con este fenómeno", dice Carmen Polo, vicepresidenta de ADDA. "Yo conozco al alcalde de Pozuelo de Alarcón y me ha dicho que antes de estar en el Ayuntamiento no había ido nunca a los toros. Pues bien, desde que lo preside, no hace más que promocionar las corridas en un pueblo que carecía de esa tradición. Ya me dirán por qué. Dice que el pueblo se lo pide, que ha recibido miles de cartas. Pero eso es mentira".

En toda la zona de Castellón y Teruel, donde la fiesta del bol embolat o toro encordat tiene arraigo secular, era costumbre la contribución de todo el pueblo para alquilar o comprar un toro con ese fin. Ese papel ha sido asumido por las corporaciones y es así como el toro se ha incorporado a los signos de distinción que marcan la categoría social de un pueblo. Cuantos más toros embolados se paseen, cuanto más grandes sean, más amochen y más aguanten la fiesta, más prestigio para el pueblo.

El famoso toro de Coria es una fiesta angelical. Las fiestas de la provincia de Guadalajara son célebres por el trato que reciben los toros en los pueblos. En Fuentelaencina se celebran encierros nocturnos en los que se permite hacer con el toro cualquier cosa, menos matarle porque tiene que durar vivo hasta el amanecer. De sol a sol, le clavan tijeras, le echan bidones sobre la cabeza, le ponen banderillas.... Si al salir el sol todavía todavía permanece vivo le matan a puntillazos y a continuación le seccionan la cabeza y la envían a un taxidermista para que la restaure y pase a formar parte de la colección de toros sacrificados en el pueblo, según cuenta el fotógrafo Koldo Chamorro, que convivió allí dos años preparando un libro de fotografías.

Extremadura, Cádiz, Madrid, Castilla, Cataluña... compiten en variedades taurinas. En Arcos de la Frontera (Cádiz) el toro del aguardiente ya no ejecuta el encierro ensogado. Circula libre para dar más emoción a la fiesta. En Benaocaz las prohibiciones civiles y eclesiásticas no han impedido que el toro de cuerda, soltado enmaromado por las calles, continúe siendo la diversión de los mozos. El lunes más próximo al 16 de julio está señalado en el calendario de Grazalema como el lunes del toro, un festejo cristianizado por los Carmelitas Descalzos en el siglo XVIII y encargados a partir de entonces de costear la fiera. A la fiera se la enmaroma se la conduce hasta el atrio de la iglesia, de allí a una bodega donde es rociada de vino. Devuelto otra vez a las calles, el toro continúa siendo el mantenedor de la fiesta -el blanco de empujones y dardos- hasta su extenuación, que señala el fin a la misma.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_