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ECOLOGÍA

EI Gobierno prepara un plan de actuación ante el grave deterioro ecológico de las costas españolas

La población española busca cada vez con mayor insistencia la orilla del mar, a juzgar por el aumento de los asentamientos humanos en los 7.883 kilómetros de costa que existen en España. A principios del siglo XX sólo el 12% de la población española vivía al lado del mar, ahora el 35% de esta población prefiere vivir en el litoral -en verano aumenta la invasión, ya que el 82% de la población turística se concentra en las costas-. Pero este movimiento poblacional está costando ahora un alto precio. La urbanización salvaje de las orillas, la modificación sin control de las mismas y la localización de industrias contaminantes ponen en peligro uno de los espacios naturales más buscados por los españoles para vivir.

Ante el grave deterioro ecológico de las costas españolas la Administración ha comenzado a ejecutar un plan de actuaciones concretas acompañadas de un aumento de asignaciones presupuestarias y la elaboración de un anteproyecto de ley de Costas.El boom turístico español de los años del desarrollismo trajo como consecuencia la construcción salvaje de edificios al mismo borde del mar, la creación de vías de transporte sobrecargada de tráfico y demasiado próximas a la orilla y los vertidos indiscriminados y sin depuración alguna. Las actuaciones de este período dañaron muy especialmente a la franja mediterránea que es, según los estudios oficiales, la más deteriorada.

Consecuencias irreversibles

Estas y otras intervenciones de orígen humano son, en opinión de Julián Campo, actual ministro de Obras Públicas y Urbanismo, las que han producido un mayor deterioro. "Concretamente en etapa desarrollista", asegura Julián Campo, "se cometieron muchas barbaridades que son irreversibles. Las consecuencias de las equivocaciones en esta materia pueden durar siglos. Por desgracia en el umbral del año 2000 todo el mundo conocerá Benidorm, precisamente por este atropello a la costa".Existen también otros factores del deterioro de las costas españolas, además de la localización de industrias (el 64% del total nacional está instalado en el litoral), entre los que caben destacar las extracciones abusivas de arena, la destrucción de dunas litorales fundamentales para la conservación de las playas, la ejecución de obras marítimas que actuan como barreras que bloquean el flujo de la arena, la disminución de las aportaciones de arena desde los ríos y arroyos y la destrucción de los más importantes núcleos regeneradores de vida -en especial las marismas-.

Además de los peligros derivados de la densidad de población -uno de cada tres españoles vive en uno de los 478 municipios que dan al mar- hay que tener en cuenta que el 95% del comercio exterior se realiza por transporte marítimo que utiliza la amplia red de puertos -más de 200- comerciales, industriales y pesqueros y deportivos. El 70% de la franja costera está dedicado a instalaciones portuarias. Las playas ocupan el 25% de las costas, mientras que el uso agrícola representa uno de los factores de menor riesgo ya que ocupa tan sólo el 8% del litoral.

No ha sido ajeno, probablemente, a la destrucción de la costa el proceso de privatización del dominio público sobre las costas, las concesiones a particulares sin ningún control y la falta de una legislación y una intervención estatal adecuada en la conservación y la regeneración de las mismas. Por citar un ejemplo, sólo a partir de 1979 aparece en el presupuesto de Obras Públicas una consignación de 225 millones de pesetas para invertir en conservación y recuperación de costas.

Ahora el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo anuncia medidas que, en parte, se están ya aplicando desde 1983 para hacer frente a la recuperación de las costas.

"Estamos todavía a tiempo de evitar muchos daños irreversibles", asegura el ministro de Obras Públicas, quien se muestra partidario de utilizar técnicas blandas en esta tarea de recuperación en sustitución de grandes obras de ingeniería que producen deterioro. Julián Campo está convencido también que la regeneración de las costas mejorará el turismo "que ya no sólo viene a España buscando sol sino también calidad de vida".

Derecho Romano

Además del aumento de las partidas presupuestarias destinadas a la protección y regeneración eficaz de las costas -en el período 83-86 se invertirán 12.000 millones de pesetas y en el 87-90 se destinarán a este fin 25.000 millones de pesetas- el Ministerio de Obras Públicas tiene redacta do el anteproyecto de una nueva ley de Costas en el que, volviendo al derecho romano y medieval, se califica el mar y su ribera como patrimonio colectivo y se arbitran medidas contra la utilización abusiva y peligrosa de este patrimonio colectivo.

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