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Entrevista:

Kissinger: "Supongo que existen contactos privados entre Reagan y Gorbachov"

"Es posible y necesario el control de armamentos" -"Comprendo que personas decentes, inteligentes y serias se sientan atraídas por el pacifismo"

La participación de los países europeos en la elaboración de un plan de defensa, la posible cumbre Reagan-Gorbachov, las diferencias y aproximaciones que mantiene con la Administración Reagan y la utilidad o inutilidad de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) son algunos de los puntos que el ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger aborda en esta entrevista concedida a los periodistas y Wibke Bruhns, del semanario alemán Stern.

Pregunta. ¿Cuál es su opinión sobre la forma en que la Administración de Ronald Reagan está manejando la denominada Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI)?Respuesta. Tengo un punto de vista diferente al del Gobierno acerca de la utilización táctica de la propuesta de la SDI. Apoyo un concepto de defensa estratégica. Pienso que es absurdo decir que los soviéticos pueden tener 10.000 proyectiles antiaviones y también innumerables miles de aviones caza contrabombarderos, y que no se puede tener una defensa contra cabezas de explosivos. Eso es un absurdo intelectual. En segundo lugar, creo que es imposible, en un futuro indefinido, basar la seguridad de Occidente enteramente en fuerzas ofensivas sin oposición, desmoralizará a todos y socavará una disuasión creíble Donde yo difiero de la Administración es en que debe explica mejor cuál de los muchos tipos de SDI es el que en realidad quiere Primero, desde el punto de vista de la estrategia, así como desde el punto de vista del control de armas. Segundo, si los europeos participan o no, me parece que es una decisión totalmente europea; no es algo a lo que debamos dedicar grandes energías. Tercero, yo apoyaría ahora el establecimiento de la SDI en propuestas de control de armas, y no separaría e punto de investigación del punto de despliegue. Nuestra posición con los despliegues ofensivos debe ser que cuanto menor sea el ataque menor puede ser la defensa. Estamos preparados a aceptar limitaciones sobre defensa, siempre y cuando haya también limitaciones en las fuerzas ofensivas.Cuanto más severas sean las limitaciones en el aspecto ofensivo, más severas serán las limitaciones en el aspecto defensivo. Por último, no creo que el problema de limitación ofensiva pueda resolver se mientras haya cabezas de explosivos múltiples. Por tanto, es en estos aspectos en los cuales yo iría más lejos que la Administración -en el control de armas, por ejemplo-, pero también iría más lejos de esta separación artificial entre investigación y despliegue.

P. Pero en Europa es una cues tión muy importante.

R. Lo sé; cada experto me dice que si queremos la cooperación europea no debemos tocar el pun to de la distinción entre investiga ción y despliegue. Debo decir que considero mejor explicar al público en un solo compendio, con un enfoque total, cómo se relacionan fuerzas ofensivas y defensivas y cómo proponemos estructurar y limitar cada una de ellas.

P. ¿Piensa usted que el logro de unos Estados Unidos aislados, defendidos como una fortaleza constituye un beneficio para Europa?

R. Bueno, antes que nada, uste des saben que existen dos argumentos totalmente contradictorios. Uno es que la SDI no va a funcionar y el otro es que funcionará tan bien que llegaremos a tener unos Estados Unidos como fortaleza. Uno, que es poco efectiva, y otro, que es dese stabilizadora. Primero, no pienso que sea posible tener una defensa perfecta, pero, de la misma manera, no pienso que tenga algún sentido decir que a menos que se pueda tener una defensa perfecta se puede no tener defensa alguna. Pienso que no sería un logro de poco valor complicar los cálculos soviéticos. Pero, asumiendo que se puede lograr que Estados Unidos esté totalmente protegido, sí, seguramente sería en beneficio de los europeos, porque, con certeza, aumentaría nuestra buena disposición a utilizar armas nucleares en defensa de Europa.

La participación europea en los programas de defensa

P. Pero cuando usted dice que en realidad no es tan importante que participen los europeos...

R. Como estadounidense, acogería con gusto la participación europea. Pero si los gobernantes europeos prefieren que sus pueblos sean vulnerables, no nos toca darles un sermón. Pienso, desde un punto de vista moral, político y militar, que es mejor tener alguna defensa; no creo, sin embargo, que sea nuestro deber insistir en ello. Ahora, el pretendido desacoplamiento está basado en el argumento de que si Estados Unidos es relativamente menos vulnerable, es menos probable que defiendan a Europa con armas nucleares. Considero que ese argumento es una tontería, porque parece implicar que cuando Estados Unidos tenía el monopolio atómico, y por tanto era invulnerable, era menos probable que defendiera a Europa que cuando sus ciudades estaban desprotegidas para un ataque, lo cual a primera vista es ridículo. Si tuviéramos un monopolio atómico, por supuesto que podríamos defender mejor a Europa que si no lo tuviéramos.

P. ¿Piensa usted que es posible el control de armamentos?

R. Es necesario. Tenemos la obligación de tratar de hablar con los soviéticos acerca de un control de armas serio, pero eso, en mi opinión, también requiere de un componente defensivo serio. El reducir proyectiles de 2.200 a 1.800, o de 2.500 a 1.800, o a 1.500, y permitir cabezas de explosivos múltiples no afectará el temor o la capacidad de una exterminación masiva; a menos que exista alguna defensa, el control de armas es útil, pues demuestra que las superpotencias pueden llegar a algún acuerdo entre ellas, y de esa manera quizá pueda relajar el ambiente. En resumen, creo en los acuerdos sobre el control de armas, pero también creo que en este momento no debemos repetir, de manera estéril, los esquemas de finales de los cincuenta y principios de los sesenta, cuando se creó la teoría moderna de¡ control de armas y cuando la destrucción segura era la teoría básica, porque las armas se han vuelto más precisas; las cabezas de explosivos, más numerosas, y el ¡inpacto psicológico de poblaciones totalmente vulnerables, más evidentes.

P. ¿No es la SDI sólo un paso más en lo que la gente llama la carrera armamentista, exactamente lo opuesto a lo que debía significar Ginebra?

R. Sólo si ustedes aceptan la definición soviética del control de armas como la única definición válida y si suponemos que la SDI rio se hubiera inventado nunca, o no se hubiera pensado en ella. La gente olvida que el presupuesto real de la Administración Reagan para la SDI es sólo marginalmente mayor que el presupuesto que ya había creado Carter. Muchos de los científicos e intelectuales que desarrollaron la teoría original de¡ control de armas se han encerrado dentro de un estado de ánimo equivalente a un congela,miento nuclear. Si no cambiamos de manera de pensar, y a menos que podamos crear una estructura militar que haga menos admisible el uso de armas ofensivas, estaremos viviendo en un mundo de chantaje nuclear permanente. Será imposible continuar explicando al público que la capacidad para destruirlo es una garantía para su seguridad. Es un hecho nuevo en la historia y explica por qué muchas personas sensatas y decentes se han vuelto pacifistas. En el pasado, las consecuencias de la derrota eran peores que las consecuencias de la guerra. Con fuerzas nucleares ofensivas sin oposición, esto no es necesariamente patente; por tanto, como estadista, no puedo aceptar un desarme unilateral, pero puedo entender por qué tantas personas -decentes, inteligentes y serias- son atraídas por esta tentación.

P. Pero Gorbachov dice que las consultas y las conversaciones son infructuosas debido'a la postura de la Administración en relación con estas ideas.

R. El hecho mismo de que los soviéticos hayan dicho que una cosa es infructuosa no significa que no vayan a negociar. Los soviéticos han pasado por varias etapas. En los últimos años de los sesenta pedían igualdad porque estaban rezagados, por lo que hablábamos de cifras iguales. Más tarde, a finales de la década de los setenta, pedían igual seguridad. Por ello, querían decir que cuando estaban numéricamente más adelantados en varios renglones, cada lado tenía que reducir la misma cantidad, por lo que en teoría llegaríamos a cero y ellos todavía se quedarían con algo. Ahora están empezando cada negociación pidiendo que renunciemos a algo en forma unilateral, y en este momento es la SDI. El hecho mismo de que Gorbachov diga que algo no es fructífero no quiere decir que así sea. Nunca he creído, y sigo sin creerlo, que Ginebra sea el mejor lugar para lograr avances. Considero que necesitamos una discusión conceptual con los soviéticos en la cual tratemos cada uno de presentar lo que queremos lograr, antes de empezar a lanzar números y sistemas de armas al otro, porque de otra manera los coroneles y los expertos de cada lado van a dominar los procedimientos.

La relación entre fuerzas ofensivas y defensivas

P. ¿Qué es exactamente lo que usted está proponiendo?

R. Estoy pensando en una exposici ilosófica o conceptual de las relaciones entre fuerzas ofensivas o defensivas. Paul Nitze dijo que esto debería pasar, pero quiere hacerlo en 10 años, después de que tengamos armas defensivas. Yo quiero hacerlo; ahora podemos hablar en este momento de cuál debería ser la relación y después cada lado podría dar instrucciones a sus negociadores que significaran algo.

P. ¿Cuál considera usted que será el futuro del tratado de mis¡les antibalísticos (MAB)?

R. lLa gente olvida que en la época del tratado de MAB presentamos una declaración unilateral diciendo que si no había una reducción significativa de las fuerzas ofensivas a finales del acuerdo provísional, en 1977, sería diricíl mantener el tratado. Pienso que deberíamos empezar conversaciones ahora acerca de cómo relacionar MAB con un amplio acuerdo ofensivo y ver qué podríamos cambiar.

P. Dijo que usted preferirá nuevas negociaciones acerca de los MAB y Helmut Kohl dice que Alemania no podría participar en la investigación sin apegarse a los límites del MAB.

R. En este momento no tenemos que enfrentar esa cuestión, el apegarnos a los límites de¡ MAB o no. Lo que estoy diciendo es que Paul Nitze ha declarado que una. vez que la investigación de la SDI alcance un cierto punto, tendremos que empezar negociaciones, tanto con nuestros aliados como con los soviéticos, acerca de la relación defensa-ofensa. Pienso que esto va a crear una pesadilla, pues, ¿qué vamos a negociar mientras tanto en Ginebra?, ¿sólo las limitaciones ofensivas?, ¿limitaciones ofensivas sin saber cuáles serán las limitaciones defensivas, en un vacío total? Consideraría que tenemos que empezar negocíaciones globales ahora que podemos decidir si el MAB tiene que cambiarse o no.

P. ¿Qué nos dice de la reunión cumbre entre Gorbachov y Reagan? ¿Cómo juzga usted a este hombre joven en el Kremlin?

R. Diría que no es un gran favor para Gorbachov verlo como un gran reformador. Parece probable que una persona que consigue ser colocada como secretario general por los miembros más importantes del Politburó es considerada por ellos razonablemente ortodoxa. Ahora, por supuesto que es posible que hayan cometido un error y que él cambie las cosas en forma dramática. Algunas, desde luego, tendrá que cambiarlas por necesidad.

P. Por ejemplo, ¿qué?

R. Pienso que la economía soviética no puede seguir como está, y también considero que el manejo del Gobierno no puede continuar sobre esta base personal, feudal, sobre la cual se conduce ahora. No obstante, creo que Gorbachov tendrá las manos ocupadas, cuando menos durante un año, cuidando de sus problemas internos. Tengo mis dudas en lo que respecta a la reunión entre-

Kissinger: "Supongo que existen contactos privados entre Reagan y Gorbachov

Reagan y Gorbachov. Cuando estaba en funciones de Gobierno, a menudo tenía que preparar puntos a discutir en esa reunión. No puedo ver con claridad cuáles serían esos puntos a discusión en esta etapa; quizá dentro de un año se hayan reducido las diferenciaso, cuando menos, que los dos jefes de Estado hayan reducido sus diferencias. No pienso que los jefes de Gobierno deban reunirse sólo para conocerse, eso es una personalización de los problemas. Ahora, que si Gorbachov viniera aquí a las Naciones Unidas, una reunión en ese contexto podría ser marginalmente buena. Ni diría yo que debamos evitarlo, pero programar un viaje especial de Gorbachov a Estados Unidos antes de que sepamos qué es lo que queremos lograr, o podemos lograr, considero que presenta más peligros que promesas.Reagan, un récord en cumplir sus propuestas

P. Pero el presidente tiene que decidir.

R. Sí, y hasta ahora se tiene que decir que el presidente, aunque no opere en la forma en que los intelectuales piensan que deben operar los presidentes, tiene un récord extraordinario de lograr lo que se ha propuesto, y es demasiado pronto para juzgar cómo terminará en política exterior.

P. Sin embargo, usted ha dicho que el primer mes del segundo período sería el más importante en las relaciones Este-Oeste, y todavía no ha pasado nada.

R. No, no espero que pase todavía nada; espero que suceda la próxima primavera. Pienso que tendrán que pasar por una o dos rondas más en Ginebra, y supongo que se están dando intercambios privados entre el presidente y Gorbachov. No lo sé, pero esperaría que así fuera.

P. ¿Lo que usted está diciendo en realidad es que las relaciones, soviéticas-estadounidenses permanecen prácticamente inalteradas desde los tiempos de Carter?

R. No pienso que hayan sido peores en los tiempos de Carter; después de todo en esa época la Unión Soviética nos desafiaba en muchas partes del mundo. En el período de Reagan, la retórica ha sido peor, pero las acciones soviéticas han sido extremadamente prudentes, quizá debido a que han tenido tantos cambios de mando, pero quizá también debido a que no desean arriesgarse a una confrontación.

P. Entonces, ¿la política de la fuerza tiene sus contrapartidas nagativas?

R. Hasta cierto punto. Sólo estoy planteando el hecho empírico de que no ha habido una confrontación real entre Estados Unidos y la Unión Soviética, excepto en retórica, y prefiero que sea en retórica que en acción. En el período de Carter tuvimos las tropas soviéticas en Etiopía, la invasión de Afganistán, la ocupación de Camboya, que no fue realizada por los soviéticos, pero que ciertamente sí la alentaron, y pienso que había muchísima mayor agitación en ese período de lo que hasta ahora ha habido en el período de Reagan.

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