Numerosos madrileños comprobaron ayer 'a pie de obra' el estado de la Almudena
La Fundación Villa y Corte organizó ayer una visita al interior de las obras de la catedral de la Almudena, visita que atrajo un considerable número de público pero que no contó con la presencia de ningún representante de las instituciones y organismos que han formado la Fundación para la Terminación de la Almudena. El arquitecto Fernando Chueca Goitia, autor del último proyecto, que explicó a los visitantes el estado de las obras, afirmó que es necesario que los madrileños conozcan su futura catedral e hizo hincapié en la necesidad de los donativos cmo medio de rinanciación.
La visita, organizada por la entidad privada sin fines lucrativos Fundación Villa y Corte, estaba prevista para el mediodía. Se retrasó media hora porque el Arzobispado no había dado orden de entregar las llaves, a pesar de que la visita estaba programada con un mes de antelación y contaba con el permiso necesario.Ángel Manuel García, presidente de dicha fundación, y Fernando Chueca Goitia tuvieron que realizar gestiones para que los empleados del Arzobispado accedieran a abrir una puerta lateral. La jerarquía eclesiástica del Arzobispado se encontraba en la procesión del Corpus Christi, que partía de la catedral de San Isidro y terminaba precisamente en la plaza de la Armería, ante la fachada principal de la Almudena.
El interior de la futura catedral presenta hoy el aspecto de una cantera, más que otra cosa. Forjados de hierro, bloques de piedra esparcidos por el suelo y apilados en las oquedades de las capillas, vigas de madera, dos campanas arrinconadas en el patio, junto a un pequeño huerto de cebollas y tomates. Chueca explicó que, a lo largo de estos 100 años que duran ya las obras, se han ido terminado elementos importantes del templo, por lo que, si los trabajos no sufrieran nuevas interrupciones, podría finalizarse en cuatro o cinco años.
Está ya terminada la fachada principal y cubierto el techo desde aquélla hasta el crucero, decorado con motivos pictóricos de estilo bizantino. La catedral consta de una gran nave central, a la que dan luz los rosetones de vidriera multicolor, y dos naves colaterales, ya concluídas, al igual que las paredes del ábside, de forma poligonal, y las pequeñas capillas situadas en cada uno de sus lados.
Faltan por levantar las dos fachadas laterales que dan al Campo del Moro y la calle Bailén, y otros elementos importantes. El pasado martes, precisamente, la Fundación de la Almudena acordó continuar las obras de acuerdo al proyecto de Chueca Goitia, a pesar de que, desde diversos sectores, se había pedido la convocatoria de un concurso.
Chueca manifestó su contento por la constitución de la Fundación para la terminación de las obras de Santa María la Real de la Almudena, en la que participan la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento, el Arzobispado, la Caja de Ahorros, la Cámara de Comercio y la Asociación de la Piensa. Pero resaltó el valor de los donativos privados, tanto como fuente de financiación de los trabajos como por lo que supone de ligazón espiritual de los donantes con el templo.
Los visitantes pudieron luego recorrer la zona de obras por un corto espacio de tiempo. Un empleado del Arzobispado, so pretexto de que la procesión enfilaba ya la calle de Bailén, comenzó a meter prisas a los visitantes, a los que prácticamente empujaba hacia la salida. Era patente el nerviosismo entre los socios de la Fundación. Fue muy comentado, negativamente, que ayer no estuviera presente ningún representante del Arzobispado, ni del Ayuntamiento ni de los restantes miembros de la Fundación para la terminación de las obras.
Por los comentarios recogidos -nadie hizo declaraciones- se deduce que existen discrepancias entre los diversos promotores respecto al método de financiación de las obras y sobre la conveniencia de realizar campafías de información que atraigan el interés ciudadano hacia un edificio, hoy poco conocido, que está concebido para ser la catedral de Madrid.
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