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Moscú rechaza cualquier refórma del tratado sobre Sistemas Balísticos Antimisiles

Pilar Bonet

La URSS ha reivindicado la plena vigencia del Tratado sobre Limitación de Sistemas Balísticos Antimisiles (ABM), firmado en 1972, y ha acusado a EE UU de "buscar agujeros" en la formulación del texto, con objeto de justificar su plan de "militarización del cosmos". En un largo artículo publicado ayer por Pravda, el primer viceministro de Defensa y jefe del Estado Mayor soviético, Sergei Ajromeiev, acusó a EE UU de tratar de "socavar malintencionadamente" el tratado y aseguró que la UR SS no tiene intención de alterar el texto para encubrir la política de EE UU, "destinada a asegurar la carrera de armamentos en el campo de los sistemas cósmicos antimisiles".

Ajromeiev sostuvo, igualmente, que la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) o guerra de las galaxias, destinada a la creación de un sistema antimisiles con elementos basados en el espacio, está en contradicción con el contenido de este tratado soviético-estadounidense.Con su artículo, Ajromeiev salió al paso de los representantes norteamericanos, que se inclinan por una revisión del tratado en cuestión. Paul Nitze, jefe de la delegación estadounidense en las conversaciones de Ginebra, había señalado la semana pasada que EE UU quiere discutir el proyecto SDI en Ginebra con objeto de proceder a una revisión del tratado ABM.

Éste prohíbe en su artículo 5 crear y experimentar sistemas o componentes de defensa antimisiles con base en el espacio, pero contiene también una cláusula según la cual las limitaciones sobre las nuevas tecnologías que fueran surgiendo desde el momento de su firma podían ser discutidas entre las dos partes, siempre que existiera acuerdo entre ellas.

En virtud de las palabras de Ajromeiev, la URSS rechaza discutir con EE UU la iniciativa de defensa estratégica, y considera que su creación e incluso la fase de investigación previa a la misma está ya de hecho prohibida por el tratado de 1972.

Según el jefe militar soviético, en 1977 y en 1982 EE UU y la URSS examinaron el tratado ABM y decidieron que éste continuaba sirviendo a sus intereses, lo que todavía es válido en el caso de la URSS.

El Pentágono, señaló Ajromeiev, rechaza abiertamente el tratado ABM, y la Administración estadounidense niega la incompatibilidad del proyecto SDI con las exigencias del documento, lo que se trata de una .maniobra para justificar la militarización del cosmos a los ojos de la opinión pública".

La observancia del tratado ABM es la garantía "de la con tinuación con éxito" de las conversaciones de Ginebra, señala Ajromeiev, cuyas palabras equivalen, según observadores militares, a afirmar que la URSS no se adentrará por el camino de la guerra de las gala xias. Ajromeiev señala, sin embargo, que si la SDI prospera, a la URSS "no le queda elección" y "se verá obligada a asegurar el restablecimiento del balance estratégico aumentando sus fuerzas estratégicas ofensivas y complementando sus medios de defensa". El militar no indica cómo van a complementarse estos medios de defénsa.

Medidas 'activas' y 'pasivas'

Un informe publicado este año por el Comité de Científicos Soviéticos por la Paz y Contra la Amenaza Nuclear prevé toda una serie de medidas contra el proyecto SDI Estas medidas se dividen, según los científicos soviéticos, en activas y pasivas.

Las primeras incluyen armas basadas en la tierra, el aire y el espacio, con uso de misiles y láseres. Entre ellas se cuentan misiles balísticos relativamente pequeños que destruirían las estaciones de combate norteamericanas previstas para órbitas de 1.500 a 2.000 kilómetros en la fase inicial de su trayectoria.

Se cuentan también las minas espaciales, consistentes en satélites equipados con medios de destrucción, incluidos mis¡les, y colocados en órbitas, próximas a las estaciones de combate. Los láseres de alta, potencia con base en tierra, los pbstáculos en la tráyectoria de las estaciones de combate y el lanzamiento de misiles falsos, contra los cuales las estaciones de combate gastarían en vano sus reservas de combustible, son otras de las medidas activas previstas por los científicos soviéticos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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