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El Gobierno regional quiere ahorrar agua en los regadios con el empleo de láser

La finca experimental El Encín, propiedad de la Comunidad de Madrid, fue el pasado miércoles el marco de una demostración del empleo del láser aplicado a la mejora de las explotaciones agrícolas y al ahorro de agua. La nueva técnica permite conseguir una uniformidad casi total de las parcelas. Gracias a ello se consigue mayor eficacia con menos agua, un bien escaso en Madrid. El Gobierno regional estudia la adquisición de varias unidades del equipo de láser para promover la mejora de las explotaciones en las vegas madrileñas del Henares y el Jarama.Los datos ofrecidos por los técnicos de la comunidad autónoma señalan que si el sistema hubiera estado ya en funcionamiento en la zona del canal del Henares, el ahorro en agua durante los tres meses del verano bastaría para garantizar el consumo habitual de una población de un millón de personas, lo que hubiera podido evitar o mitigar en gran parte las restricciones sufridas por los vecinos de Madrid durante los años 1983 y 1984.

La demostración produjo gran expectación entre expertos en técnicas agrarias y agricultores. En poco menos de una hora, un tractor provisto de una cuchilla, dirigido por el láser, allanó completamente una parcela de media hectárea y le dio la pendiente necesaria para emplear el riego por gravedad con una distribución homogénea del agua.

El sistema, básicamente, consta de un emisor giratorio de láser, que barre el terreno en forma circular y determina las cotas topográficas que debe tener el suelo para que al agua de riego discurra uniformemente por toda la superficie. La señal del emisor es recogida por un receptor situado en el tractor y conectado a la cuchilla. De esta forma, el tractor se limita a ir cubriendo la parcela, y es la cuchilla, obedeciendo las señales emitidas, la que se encarga de nivelar el terreno y darle la pendiente apropiada, inapreciable a la vista pero suficiente para que la gravedad reparta la lámina de agua de manera uniforme.

La nueva técnica incluye el control posterior de la parcela, para comprobar que el grado de humedad es similar en toda su extensión. Se consigue así, además del ahorro de agua, una uniformidad en el tamaño y la calidad de la cosecha, además de una mayor productividad.

La uniformización de calidad y tamaño de los productos hortícolas adquiere mayor interés de cara a la integración de España en la Comunidad Económica Europea, que obligará a la homologación de las exportaciones agrícolas.

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