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El festival de cine de San Sebastián quiere volver a la altura de Cannes y Berlín

San Sebastián ha sido incorporada, inesperadamente, al selecto circuito de los grandes festivales internacionales. La noticia, acogida inicialmente con incredulidad, ha despertado la satisfacción general en la ciudad y una alegría contenida por el compromiso, ahora insoslayable, de situar al certamen donostiarra a la altura de Cannes, Berlín, Moscú y Venecia. Nadie echa las campanas al vuelo. La recuperación de la categoría competitiva perdida hace cinco años cierra un capítulo tristemente confuso de la historia del festival, aunque no resuelve por sí mismo las razones que provocaron su crisis.

Por primera vez en estos años, los organizadores parecen haber afrontado las insuficiencias de un certamen, animado por el voluntarismo y escasamente profesionalizado, que como último recurso de su impotencia trató de soportar el peso de las sucesivas ediciones alimentando el espejismo del resurgir inmediato y maquillando una realidad cinematográfica progresivamente desvaída. El equipo organizador ha hecho de la autocrítica una de sus mejores virtudes y ha abordado las razones que llevaron a la Federación Internacional de Productores de Filmes (FIAPF) a retirar la categoría A. Descubrieron así que los productores que representaban entonces a España en la FIAPF adeudaban a este organismo varios millones de pesetas en cuotas atrasadas, y que nunca asumieron decididamente la defensa de San Sebastián.Comprobaron igualmente que la FIAPF criticaba al certamen donostiarra por las deficiencias de sus instalaciones, y buscaba la fórmula para superar las limitaciones proteccionistas españolas a la importación de películas extranjeras. Satisfecho el pago de las cuotas atrasadas con dinero de la Dirección General de Cinematografía y del Gobierno vasco, e iniciada la remodelación del teatro Victoria Eugenia y del hotel María Cristina, escenarios del festival, la recuperación de la categoría competitiva quedaba a expensas de superar las limitaciones a la importación de películas. El reciente acuerdo de incorporación de España a la CEE ha tenido como efecto más inmediato la anulación del veto al festival.

Plataforma

San Sebastián puede convertirse en próximas ediciones en la plataforma del cine europeo para Latinoamérica, una propuesta de la FIAPF que coincide con los planteamientos de la Dirección General de Cinematografía (el actual Instituto de Cinematografía que dirige Pilar Miró bajo la tutela presidencial del ministro de Cultura) y que no parecen disgustar al ayuntamiento donostiarra y a la Administración autónoma. Con la recuperación de la máxima categoría, concedida en principio para los próximos dos años, se desvanecen los recelos sobre el futuro inmediato del festival y se acrecienta la necesidad de prestarle una mayor cobertura, no sólo económica. El momento obliga ya a la Administración central a asumir en San Sebastián ese festival internacional español, más allá de los apoyos a los 17 certámenes que han surgido en distintas capitales españolas.

Hipoteca

A menos de cuatro meses de la inauguración del festival, puede decirse que la próxima edición va a estar hipotecada por el retraso organizativo. Ángel Amigo, presidente de la Asociación de Productores Vascos e interlocutor del festival ante la FIAPF, ha alertado de la necesidad de trabajar intensamente en la selección de películas inéditas para la próxima edición.La dirección colegiada del festival ha anunciado que la sección oficial de la próxima edición será completada con películas fuera de concurso. La recuperación de la máxima categoría obliga no sólo a seguir criterios estrictos en la sección de películas inéditas, sino también a contar con . un jurado internacional y a retirar en próximas ediciones el premio oficial a la sección nuevos realizadores, dotado este año con seis millones de pesetas, cifra equivalente a unos 50.000 ECU, la unidad monetaria europea.

Pese a las condiciones de la FIAPF, el Premio a los Nuevos Realizadores, una de las secciones más importantes del festival donostiarra, podrá mantenerse siempre que sea otorgado por entidades ajenas, al menos formalmente, a la organización. De la mano de una circunstancia afortunada, el acuerdo de incorporación de España a la CEE, y de una labor realista, el certamen donostiarra inicia ahora su recuperación y vuelve a la primera escena internacional, abandonando los malos presagios que le han acompañado durante los últimos cinco años.

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