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El Estado aportará a la Seguridad Social 890.000 millones de pesetas en 1986

La aportación del Estado a la Seguridad Social se situará en 1986 en torno a los 900.000 millones de pesetas, lo que supone un aumento de 140.000 millones respecto a la aportación del año en curso. Los cálculos fueron efectuados ayer en la reunión que mantuvo el presidente de¡ Gobierno, Felipe González, con Miguel Boyer, ministro de Economía, y Joaquín Almunia, ministro de Trabajo, para estudiar el efecto de la reforma de¡ sistema de pensiones de la Seguridad Social.

En la reunión que ayer mantuvo Felipe González con los titulares de Economía y de Trabajo, estuvieron presentes Luis García de Blas, secretario general de la Seguridad Social y Miguel Ángel Fernández Ordoñez, secretario de Estado de Economía y Planificación.En el encuentro se estudió el efecto que tendrá la puesta en vigor del nuevo sistema de pensiones en la aportación del Estado. Los cálculos apuntaban a que en 1986 la financiación estatal al sistema rondaría los 890.000 millones de pesetas, frente a los 750.000 millones presupuestados para el año en curso. Hace unas semanas, cálculos del Ministerio de Trabajo cifraban la aportación para 1986 en algo más del billón de pesetas, aunque se advertía que esta cantidad previsiblemente sería menor.

Con la entrada en vigor de la futura ley de pensiones el Gobierno tiene previsto un ahorro de 40.000 millones de pesetas en 1986. Sin embargo, la ley de Sanidad obligará en este capítulo a aumentar el gasto en 30.000 millones de pesetas.

El presidente y los ministros de Economía y Trabajo trataron, dentro de la futura reforma de la Seguridad Social, algunos temas que habían quedado pendientes referidas a las pensiones de carácter asistencial.

De acuerdo con algunas versiones, los retoques introducidos en el proyecto de ley fueron producto del propio debate que se produjo a lo largo de la reunión que el Gabinete celebró el pasado miércoles. Fuentes de Trabajo confirmaron ayer que todavía se estaban realizando las modificaciones de carácter técnico exigidas por estos retoques.

Mientras tanto, el debate abierto en la UGT con la reforma de las pensiones no parece cerrado, sino que, por el contrario, ha adquirido mayor virulencia. La organización como tal mantiene un rechazo frontal al proyecto del Gobierno. Sin embargo, algunas federaciones, como la del metal, se muestran favorables a las tesis del Gobierno. Medios de la central socialista significaron que, no obstante, el sindicato estaba mayoritariamente a favor de las tesis del secretario general, Nicolás Redondo.

Divergencias en UGT

Como dato significativo de las distintas posturas existentes habría que destacar el comunicado que ayer difundió la sección sindical de UGT de Standard, del ramo del metal. La nota "felicita al Gobierno por haber modificado su actitud y haber optado por un proyecto de ley de pensiones, que permitirá", dice el comunicado, "un debate en el Parlamento, donde se pueda mejorar en razón de las críticas de UGT, que en parte ya han sido atendidas".

Estas afirmaciones chocan frontalmente con lo que el sindicato socialista está defendiendo públicamente. El propio Nicolás Redondo señalaba en la noche del jueves que él no votaría jamás la ley en el Parlamento.

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