El propietario del aceite desaparecido en Logroño niega cualquier responsalbilidad
El propietario de la empresa de aceites Los Marteños, de Logroño, Víctor García, ha rechazado cualquier responsabilidad en la desaparición de unos 30.000 litros de aceite, de un total de 39.000 litros que fueron incautados de forma cautelar a finales de 1981. Esta inmovilización se produjo al haberse encontrado un producto tóxico, el amino-azo benceno, en una partida de 1.200 litros de aceite procedentes de su empresa durante el transcurso de las investigaciones policiales que siguieron a la aparición del síndrome tóxico.
Según Víctor García, este aceite, que ahora se da por desaparecido, quedó destruido como consecuencia de la. inundación de la bodega en donde se hallaba inmovilizado. "Como el aceite estaba bueno y la Administración tiene que pagarlo, ahora dicen que se ha destruido", ha señalado el propietario.Esta versión de los hechos facilitada por el dueño de la empresa Los Marteños contrasta con la ofrecida por la Consejería de Salud y Consumo de La Rioja, que ha abierto un expediente para conocer el paradero del aceite desaparecido.
Según el acta oficial levantada el 25 de junio de 1983 los técnicos de la inspección regional de consumo fueron avisados telefónicamente de que con motivo de la abundante lluvia caída el día anterior se había inundado el local donde se guardaba el aceite inmovilizado. Hallándose intactos los precintos de entrada, los técnicos encontraron el local prácticamente lleno de agua. Sin embargo, los únicos daños que se reflejan en el acta levantada se refieren a la rotura de un envase de 25 litros de aceite, además de quedar inutilizadas 30 cajas de cartón que contenían envases de cinco litros.
Dos meses después, en agosto de 1983, cuando el SEMPA iba a proceder a la retirada definitiva del aceite inmovilizado, Félix García, hijo del propietario, se opuso a esta recogida alegando entre otras cosas la ausencia de su padre y la aptitud de este aceite para el consumo humano.
Intervino la policía
El origen de la inmovilización se remonta a las investigaciones realizadas sobre la venta de aceite en el momento de la aparición del síndrome tóxico. Miembros de la policía de Logroño descubrieron una partida de 1.200 litros de aceite en envases sin etiqueta que contenían amino-azo benzeno, una sustancia tóxica que puede ser cancerígena.A raiz de los análisis realizados, el 9 de octubre de 1981 se clausuró la planta envasadora de Los Marteños, incautando todo el aceite que se encontraba allí almacenado, 7.715 litros, así como otros 31.520 litros de aceite que la misma empresa tenía en los depósitos de otras instalaciones.
La jefatura provincial de Consumo presentó una propuesta de sanción de tres millones de pesetas que fue ratificada poco después, por el Consejo de Ministros. Y paralelamente, la Dirección General de Salud Pública incluyó las marcas de aceite comercializadas por esta empresa (Marsemillas, Marsoja, Martesol y Marteños) en la relación de marcas inhabilitadas para la venta al público.
Dos meses después, en diciembre de 1981, se autorizaba a la empresa Los Marteños a reanudar de nuevo su actividad y abrir la planta embotelladora con la condición de que utilizase nuevos aceites y nuevas marcas.
En los casi 39.000 litros de aceite que fueron inmovilizados y precintados, y que han desaparecido en sus tres cuartas partes, análisis posteriores no han detectado la presencia de productos tóxicos. Sólo se ha comprobado un alto índice de peróxidos, que le dan sabor a rancio y grasa animal por encima de lo permitido en una parte de las muestras.
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