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Tribuna:Hoy, día de los trabajadores
Tribuna
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Los trabajadores y el Primero de Mayo

Un año más, los trabajadores nos manifestaremos el Primero de Mayo bajo el lema tradicional de 1889: "Proletarios de todos los países, uníos", y haremos "unajornada reivindicativa, una jornada de solidaridad de clase nacional e internacional, una jornada de lucha y de unidad".Este Primero de Mayo precede en cinco días a la visita del presidente Reagan, al que nuestra Confederación Sindical de CC OO ha declarado persona non grata, considerando que en el momento actual viene a presionar para que nuestro Gobierno se instale en la OTAN y prosiga la carrera de armamento para preparar la guerra de las galaxias. Esta llegada se produce cuando el complejo militar-industrial de EE UU, encabezado por Reagan, prosigue la agresión contra pueblos como Nicaragua, El Salvador, etcétera y mantiene a dictadores como Pinochet. Por eso, en este Primero de Mayo un sentimiento recorrerá las manifestaciones y unas palabras las resumirán: "Reagan, go home".

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El día de la clase trabajadora

La resistencia de los pueblos a esos peligros de guerra y a esa política de agresión crece; el neocolonialismo económico de la gran banca mundial y del Fondo Monetario Internacional levanta a los pueblos contra la deuda usurera, porque no están dispuestos a que el nudo de la deuda estrangule sus cuellos y los asfixie. De Sudán a América Latina, los pueblos luchan por un nuevo orden económico; con ellos, las fuerzas pacifistas y los movimientos ecologistas del mundo entero se mueven. La locomotora de EE UU ha reducido su velocidad -el crecimiento -de su PIB es del 1,3%, en vez del 6,5% del año anterior- y vuelven a aparecer los riesgos de un crack financiero, cuando los pueblos de América Latina y de otros países del Oriente Próximo se niegan a suicidarse económicamente siguiendo las instrucciones del FMI y exigen un nuevo orden económico internacional.

En este contexto, saludamos la moratoria unilateral de la Unión Soviética para no instalar nuevos misiles hasta noviembre, así como la posición de los socialdemócratas de Holanda y de la República Federal de Alemania pidiendo al mundo occidental que responda positivamente a esta moratoria.

Luchar contra el paro

En nuestro congreso de 1978 consideramos que era necesaria la unidad de Europa. Pensamos siempre en una Europa autónoma, independiente de los bloques existentes; en una Europa de los trabajadores y de los pueblos. Vemos que las fuertes concesiones que en aras de instalarse el Gobierno en la OTAN y de preparar las próximas elecciones se han hecho en la industria, en la agricultura y en la cuestión social, incluidos los trabajadores españoles en Europa, van a aumentar el paro y la carestía de la vida. No será una Europa neutral y autónoma la que avanzará con nuestro ingreso; no será la Europa de los trabajadores, sino la Europa de los mercaderes, de los monopolios y de la sumisión a la OTAN. De ahí que nuestro objetivo siga siendo conseguir la Europa de los trabajadores y para, ello luchar desde dentro y desde fuera, aunque el ingreso no debe hacerse a cualquier precio.

En el plano nacional. El Gobierno abandonó su programa económico electoral de creación de 800.000 puestos de trabajo netos, de que el sector público sea el elemento motriz, etcétera. Decidió seguir las orientaciones de la gran banca nacional e internacional (FMI), el programa transformó sus objetivos en "todo para conseguir beneficios el sector privado". Como si los ecos de Flik y de Flok les persiguieran, repiten las frases de Helmut Schmidt: "Los beneficios de hoy son las inversiones de mañana y los puestos de trabajo de pasado mañana". La realidad es que 1984 fue el año ideal para el gran capital, según nos informa la contabilidad nacional. El sector privado aumentó un 22% sus excedentes brutos. Redujeron los salarios en un 3,5% como media; la contratación superflexible fue a la carta. El PIB aumentó un 2,5%; hubo una gran cosecha y las exportaciones crecieron un 14%.

Realizaron sus beneficios, pero descendieron inversiones y empleo. Pues bien, para desmentir las frases de Schmidt de ayer -hoy de Felipe González y de Boyer-, las inversiones descendieron el 3,5%, el 90% de la contratación fue temporal y el paro aumentó en 435.600. Sigue creciendo en el primer trimestre y nos acercamos a los tres millones. Los beneficios privados de ayer, una gran parte cogen el camino de EE UU de Reagan, de Chile de Pinochet; el sucio y oscuro dinero se evade a Ginebra o Zúrich, y el resto se invierte en papel del Estado. El sector privado no acepta el capital riesgo, lo que indica que no es suficiente que haya más beneficios para que haya mas inversiones y más empleo.

En la historia de la transición, ningún Gobierno había cosechado tal desastre en su política económico-social, en su política antinacional, antieconómica y antisindical. Tres millones de parados a la vista, y ocho millones de españoles que viven en la pobreza con menos de 12.000 pesetas son la prueba de ello.

En este contexto, en estos momentos, lanzan el mayor ataque conocido en la historia de la Seguridad Social para rebajar considerablemente las pensiones y prestaciones en general, incluso por decreto. Van tan lejos que la UGT queda descolocada. Precisamente en estos momentos es cuando el ministro Boyer y el Gobierno se lanzan a esa operación de diversión y neorreaganiana.

La llamada reducción de la deducción no se puede caracterizar más que como una operación preelectoral de ilusionismo político económico, y las sedicentes medidas que la acompañan, como el chocolate del loro. Boyer y Felipe González se han sacado de la manga la vieja y fracasada política económica como nuevas orientaciones.

Carente de programa, el Gobierno del PSOE sólo piensa en las próximas elecciones, en continuarse, haciendo el vacío a su alrededor. La CS de CC OO considera que esta política es una de las mayores agresiones a los trabajadores y a la democracia de los últimos tiempos. El ataque a la Seguridad Social, el intento de despido libre en las empresas de menos de 25 trabajadores, en el cuadro de un país con tres millones de parados y ocho millones de pobres, no puede quedar sin respuesta. Por eso, después de explicar profundamente lo que significa la Seguridad Social, después de las manifestaciones del 21, nos proponemos recoger centenas de miles de firmas para ejercer la acción popular, centrar el Primero de Mayo sobre la defensa de estas conquistas, ir a una asamblea de delegados el día 24 de mayo en Madrid y hacer un paro general de 24 horas en la primera quincena de junio. Sería un deshonor para nuestra clase y para nuestro pueblo permanecer pasivos.

Por tener sentido de clase y sentido de responsabilidad nacional, este Primero de Mayo se sitúa en ese contexto y estamos seguros que los trabajadores españoles y la CS de CC OO a su cabeza, que se fortalece en el último período, cumpliremos con nuestro deber.

Mantendremos las conquistas sociales y sacartirnos a nuestro país del paro y la crisis; defenderemos la paz, y para ello haremos lo posible para sacar a España de la OTAN y hacer un país pacífico y neutral.

Marcelino Camacho es secretario general del sindicato CC OO.

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