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Cuatro enmascarados roban en Nueva York cerca de 1.400 millones de pesetas

Cuatro hombres armados, que posiblemente contaron con ayuda interior, redujeron a primeras horas de la mañana de ayer, en Nueva York, a los agentes de un depósito de la empresa de seguridad Wells Fargo. Los ladrones huyeron con unos 8 millones de dólares (unos 1.400 millones de pesetas) que, al parecer, constituyen uno de los mayores botines registrados en los anales del crimen norteamericano, según informó la policía. Inicialmente la policía barajó la cifra de 50 millones de dólares, lo que hubiera constituido un récord histórico mundial. Los atracadores dejaron tras de sí 12 millones de dólares.

Los cuatro pistoleros, que se cubrían con pasamontañas, hicieron un boquete en un muro para penetrar en el depósito, situado en el barrio neoyorquino de Greenwich Village. Una vez dentro esperaron la llegada de cuatro guardias, que abrieron la caja de seguridad hacia medianoche.

Los ladrones ataron con esposas a los guardias a una carretilla elevadora, cargaron el dinero en un furgón rojo blindado de Wells Fargo y se fueron. Este vehículo fue hallado abandonado tres horas más tarde bajo el puente de Brooklyn.

El robo más importante perpetrado hasta ahora en Estados Unidos se produjo el 12 de diciembre de 1982, con el asalto, también en la ciudad de Nueva York, a, un transporte de seguridad de una empresa inmobiliaria, que reportó a los ladrones un botín de 11 millones de dólares (cerca de 2.000 millones de pesetas).

Un portavoz policial afirmó que los autores del asalto de ayer consiguieron penetrar en el depósito del Wells Fargo a través del boquete que practicaron en una pared del segundo piso, de otro inmueble adosado al de la empresa de seguridad víctima del robo. Este segundo piso aloja unas oficinas de Merrill-Lynch, conocido broker (intermediario financiero).

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Los asaltantes, de unos 40 años, parecían conocer bien los procedimientos de la empresa Wells Fargo, incluida la modalidad de arranque de sus furgones, especialmente diseñados. Todo ello sugiere que probablemente los ladrones contaron con la ayuda de alguien vinculado a la empresa robada, que ayer no confirmó oficialmente el valor del botín obtenido por los asaltantes. Éstos no hirieron a ninguno de los cuatro guardias que redujeron en el depósito de Wells Fargo.

La policía y el FBI han emprendido una amplia operación para detener a los ladrones.

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