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El juicio de Bitburg

Su tono era respetuoso y gentil, pero las palabras de Elie Wiesel eran devastadoras; Ronald Reagan, sentado a pocos pasos del triste cronista del Holocausto, no podía hacer otra cosa sino escuchar. Hablando suave y apasionadamente, Wiesel ofreció una emocionante diatriba sobre los asesinatos de judíos por los nazis, y agradeció que el ejército norteamericano liberase a los judíos de Buchenwald hace cuarenta años. Elogió a Reagan como amigo del judaísmo y de Israel, y comentó que estaba convencido de que el presidente no conocía la presencia de tumbas de miembros de las SS en el cementerio militar de Bitburg, donde Reagan deberá depositar un ramo de flores el mes próximo. Entonces Wiesel, que había boicoteado la ceremonia en su honor, estremeció a la audiencia de la Casa Blanca y provocó una mirada de angustia en el rostro de Reagan, al decir "Pero ahora todos sabemos que hay tumbas de miembros de Is SS en ese cementerio". Su voz se quebró con la emoción e imploró a Reagan que encontrase otro camino para conmemorar los sufrimientos de Alemania durante la guerra. "Ese sitio no es el suyo, señor presidente" declaró Wiesel, "su sitio está con las víctimas de las SS". El alegato de Wiesel fue de los momentos más memorables en los anales de la Casa Blanca. ( ... ) 28 de abril

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