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Entrevista:

"La Prensa se ocupa más de mi salud que de mis éxitos", afirma Montserrat Caballe

La soprano interpretará a partir del martes la ópera 'Armide'

Monserrat Caballé hará su reaparición escénica el martes día 16 en el teatro de la Zarzuela de Madrid con Armide, de Gluck. Su enorme fuerza de voluntad y su placer por cantar han vuelto a vencer una naturaleza propicia a las enfermedades. Sin embargo, la soprano se pregunta por qué se le presta a veces más atención a sus males que a sus éxitos en el extranjero. Tras participar en Ernani en el Metropolitan, una grave dolencia, que la Prensa trató con cautela, hizo temer por algo más que por su continuidad en los escenarios. Durante este período ha tenido que suspender varias actuaciones. El teatro contará con una Caballé ilusionada por representar el papel de la maga Armida, vocalmente en óptimas condiciones a tenor de los ensayos, que utilizará sus conjuros para superar la debilidad que todavía le pueda invadir.

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Renovación constante

La soprano catalana se encuentra ya en Madrid ensayando Armide, la ópera de Gluck, que estará en cartel en el teatro de la Zarzuela los días 16, 19, 22, 25 y 28 de abril. Tras superar su grave dolencia y aunque algo débil todavía, se muestra ilusionada y en buenas condiciones vocales.Pregunta. La carrera de Montserrat Caballé ha estado siempre truncada por problemas de salud. Alguna ópera incluso, como la Ana Bolena, ha tenido gafe. ¿Cree que su trayectoria podría ser aún más brillante de contar con una buena salud?

Respuesta. Una carrera más brillante, y no es orgullo, creo que no puede hacerse. Lo que sí es cierto es que no hay ningún colega que continúe en la brecha habiendo pasado por siete operaciones como las mías. Los periódicos a veces las dicen, pero siempre se olvidan de alguna, y las he tenido de riñón, matriz, rótula, apéndice, hígado e incluso dos cesáreas. A pesar de que mi salud sea débil, debe de haber algo en mi naturaleza tan fuerte como para ir superándolo.

P. Madrid hace tiempo que escucha a una Caballé magnífica en los conciertos y no tanto en la ópera. ¿A qué es ello debido?

R. Dudo de que el público de Madrid pueda decir esto. Otra cosa es que lo digan los grupos que han sido enemigos míos desde el principio de mi carrera. Si dice que yo aquí no estoy al ciento por ciento, convendría que recordarsen la Butterfly, la Manon con Krauss, la Bohème, la Adriana Lecouvreur, la Norma, etcétera. El teatro se venía abajo, las críticas igual, pero parece que lo han olvidado. Si el año pasado en Julio César sólo se podía cantar piano es porque Haendel lo escribió así. Yo les preguntaría cuál es la razón para que siempre se hable de mis problemas, incluso de los resfriados, cuando curiosamente tenemos grandes españoles que anulan la tira y nunca salen en los periódicos. ¿Será que de verdad soy tan popular como dicen?

P. Es que por algo la Caballé es la número uno..,

R. No, eso no, porque no lo soy. Lo que sí continúa sorprendiéndome después de tantos años es que, por ejemplo, la primera conmemoración del año de Haendel en Europa, concretamente un Julio César en Roma, resultase un éxito mundial de Prensa y aquí nadie se enterara. Sin embargo, sí se enteraron de la rinorrea.

Preferencias

P. ¿Qué género prefiere: la ópera, el lied, la ópera en concierto ... ?

R. Empecé con el lied, luego pasé a la ópera y los fui compaginando. Los conciertos con orquesta empezaron poco más tarde, pero para mí es todo uno. No puedo hacer distinciones por el hecho de que cuando canto es porque amo y me concentro en la música. No vas de espectador, sino de amador, y yo gozo de la música, sea cual sea el tipo que interprete.

P. Montserrat Caballé ha llegado a conceder muy recientemente en Nueva York la Casta diva como propina undécima. ¿Cómo es ello posible?

R. Supongo que se referirá al recital aniversario de mi debú hace 20 años. Era una forma de dar las gracias por 20 años de afecto, de fidelidad, de llenar la sala, a un público que se lo merecía. Naturalmente, me sentía cansada después de dos horas de recital y otra más de propinas, pero creo que valió la pena. Fue además un acto muy afectivo, ya que, cuando después de 13 bises seguían pidiendo más y ya no tenía ninguno preparado, les dije que por una vez les iba a pedir yo algo a ellos: que me cantasen el Happy birthday. Todo el Carnegie Hall se puso en pie y lo cantó. Guardo un recuerdo verdaderamente emocionante.

P. ¿Qué necesidad tiene hoy en día Montserrat Caballé, una figura ya mítica, para continuar de escenario en escenario cuando su salud se resiente? ¿No le convendría un descanso?

R. Eso lo dicen los que piensan por mí, y allá ellos. Yo no lo necesito. Hace muchos años que desean que descanse, pero trabajar es una ley de vida y, además, todavía no tengo la edad del retiro. Creo que doy buena fe de que puedo cumplir mis trabajos y siento un deseo y una obligación para ello. Piense que mis colegas que se retiran tienen 10 y 12 años más que yo y que a mí todavía podrían quedarme por delante.

P. Muchos de sus colegas han publicado memorias. ¿Piensa editar las suyas?

R. Sobre mí hay una editorial francesa que prepara un libro desde hace tiempo. Me ha pedido que efectuara correcciones, pero realmente allí está reflejado cómo ellos me ven y no como soy yo.

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