La oferta soviética parece dirigida a la opinión pública europea
La visita oficial que mañana inicia a Moscú el ministro de Asuntos Exteriores holandés, Hans van den Broek, ofrece a la URSS una oportunidad de demostrar con datos concretos y verificables que la congelación de los misiles de alcance medio anunciada por Mijail Gorbachov, máximo dirigente del Kremlin, no trata de consolidar la actual ventaja militar soviética, según datos estadounidenses. El cese temporal de la instalación de SS-20 soviéticos no puede ser verificado en las actuales circunstancias y se trata de una medida destinada básicamente al consumo de la opinión pública europea, según fuentes diplomáticas occidentales.
Para estas fuentes, la última moratoria anunciada por la URSS -la primera en ser presentada en público por el nuevo máximo dirigente- supone un intento de mantener en Europa un equilibrio nuclear favorable a la Unión Soviética.En una entrevista aparecida ayer en Pravda y divulgada el día anterior por los medios de comunicación audiovisuales, Gorbachov manifestó que, a partir de la fecha, y hasta noviembre próximo la URSS adopta una moratoria unilateral en la instalación de sus misiles de alcance medio e interrumpe la puesta en práctica en Europa de otras contramedidas al inicio del despliegue de los Pershing 2 y misiles de crucero en Europa occidental.
El dirigente soviético, en sus primeras declaraciones a la Prensa como tal, propuso además a EE UU que a su vez congele el despliegue de los euromisiles, los arsenales estratégicos y las pruebas e instalación de armas nucleares en el espacio mientras duren las negociaciones de Ginebra sobre estos tres tipos de armamento. Las propuestas del líder soviético reiteran otras anteriores en el mismo sentido, pero la novedad está en englobarlas todas ellas en un mismo conjunto. En su intervención, Gorbachov no hizo, sin embargo, referencia al concepto de paridad global entre EE UU y la URSS, un tema recurrente en las declaraciones de anteriores dirigentes soviéticos. El líder de la URSS valoró positivamente la idea de encontrarse con el presidente Reagan y no se refirió a las condiciones que, según la postura oficial soviética, deben mediar para ello.
Medios diplomáticos occidentales en Moscú coinciden unánimemente en vincular el plazo de caducidad de la moratoria soviética con la decisión holandesa -a tomar el próximo noviembre- sobre el despliegue del contingente de euromisiles (48 misiles de crucero) asignados a este país en el marco de la doble decisión de la OTAN de 1979. Holanda es el único país de la OTAN elegido como sede de euromisiles donde el despliegue no ha comenzado todavía.
La visita de Van den Broek a Moscú en estos momentos adquiere especial importancia, ya que uno de los factores que condicionan la decisión de La Haya es el incremento o no de los misiles soviéticos SS-20 desde el 1 de junio de 1984 hasta noviembre de 1985. En aquel mes, el Parlamento holandés aplazó la decisión final con la esperanza de que cesara el despliegue soviético o bien que las superpotencias llegaran a un acuerdo sobre armamentos. La instalación de los misiles de crucero en Holanda será automática a partir de enero de 1986 si el número de SS-20 ha aumentado en noviembre.
Datos del despliegue
En Moscú, el democristiano Van den Broek, enfrentado con los adversarios del despliegue en las filas de su propio partido, tratará de conseguir que la URSS le facilite sus propios datos sobre el número de SS-20, señalaron medios holandeses, según los cuales La Haya no tiene ninguna información soviética que le permita dudar de los datos norteamericanos. Éstos indican que el número de SS-20 -que era de 378 en junio de 1984- se ha incrementado hasta más de cuatro centenares, de los cuales un tercio está orientado hacia Asia y el resto se encuentra en la zona europea de la URSS.
Fuentes soviéticas no excluyen que el ministro soviético de Exteriores, Andrei Gromiko, con quien se entrevista mañana Van den Broek, pudiera proporcionar datos alternativos a su homólogo, pero medios diplomáticos occidentales ponen esto en duda y opinan que la decisión holandesa -en caso de ser afirmativa, como se prevé- pueda servir de pretexto a la URSS para interrumpir la moratoria unilateral adoptada.
Los últimos datos soviéticos sobre misiles nucleares fueron facilitados en diciembre de 1983 por el entonces jefe del Estado Mayor, Nikolai Ogarkov. Según éste, la URSS tenía entonces 473 misiles en suelo europeo, pero la mitad de ellos eran viejos. Ogarkov no dio detalles sobre el número de SS-20 y misiles de alcance medio. En octubre del año pasado, el portavoz del Ministerio de Exteriores, Vladmir Lomeiko, aseguraba que la cifra de SS-20 no había aumentado.
La congelación unilateral de la URSS resulta un "concepto problemático", según medios occidentales, ya que bajo la aparente simplicidad de la fórmula -señalan- se encierran cuestiones tales como el destino de las armas que se deterioran y en qué condiciones se sustituyen éstas por otras con el fin de mantener los cupos y su potencia.
Las decisiones de congelación unilateral se han repetido por parte soviética. En marzo de 1983, Leonid Breznev anunció una moratoria en la instalación de los misiles SS-20, pero la autenticidad de esta medida fue contestada por Washington, según cuyas cifras la URSS seguía aumentando sus arsenales.
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