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El Politburó soviético aprueba un programa para eliminar el alcoholismo en la URSS

Pilar Bonet

Días antes de que se cumpla un mes desde el nombramiento de Mijail Gorbachov como máximo dirigente, la URSS ha anunciado una nueva campaña contra la embriaguez y el alcoholismo, con la que pretende superar uno de los problemas más graves de la sociedad soviética, la mayor consumidora del mundo de licores fuertes. En su sesión de esta semana, el Politburó del PCUS aprobó un conjunto de medidas sociales, políticas, económicas, administrativas y médicas para la eliminación del feo fenómeno del alcoholismo.

Las medidas contra el alcoholismo, que no han sido publicadas todavía, parecen formar parte del conjunto de decisiones para incrementar la productividad laboral, lastrada por la afición a la bebida de los ciudadanos. El alcoholismo es considerado como una de las causas principales del absentismo laboral que, según el diario gubernamental Izveztia, supuso en 1983 la pérdida de 125.000 millones de horas de trabajo. El mismo diario señalaba en un artículo publicado en 1984 que la productividad laboral disminuye entre un 15% y un 30% después de los días de cobro del salario, fiestas y días libres, según una encuesta realizada en diferentes partes del país.

En 1927 el consumo de vodka por habitante era de seis litros. En 1982 la cantidad de alcohol per cápita fue de 8,3 litros, según afirmaba recientemente el jefe de servicio de toxicología y psiquiatría del Ministerio de Salud, Eduard Babayan, en una entrevista difundida por la agencia Novosti. Esta cifra era algo inferior a la de 1980, cuando el consumo fue de 8,7 litros per cápita. Babayan reconocía, sin embargo, que el número de personas en tratamiento médico de desintoxicación etílica había aumentado.

El vodka ha subido su precio en varias ocasiones en los últimos años, lo que ha incentivado la producción de Samogon, más barato. La botella de vodka más extendida cuesta 5,30 rublos (unas 1.200 pesetas). Durante la época de Andropov, que también trató de luchar contra el alcoholismo, apareció un vodka algo más económico -4,20 rublos- que popularmente es designado como Andropovka. La rebaja se interpretó como un modo de luchar contra los destilados caseros.

El alcoholismo tiene una preocupante influencia sobre la criminalidad y el ministro del Interior afirmaba en agosto que la mayoría de los delitos que se cometen en la URSS están relacionados con la bebida. El director del Instituto de Prevención del Crimen, I. Karpiets, a su vez, declaraba esta semana que el número de jóvenes que prefieren vivir como parásitos y no trabajar ha aumentado en los últimos tiempos y que el 80% de estos parásitos son alcohólicos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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