Los aliados cuentan con Reagan
Con cierto riesgo político, el primer ministro belga, Wilfried Martens, ha pedido el apoyo parlamentario para llevar a cabo el despliegue de misiles de crucero en su país. Esto significa que Bélgica ha cumplido el acuerdo de la OTAN de 1979 para el despliegue de los nuevos misiles americanos como respuesta a la excesiva implantación de los SS-20. Pero lo que inclinó la balanza fue un acto de fe, la creencia en que el equipo Reagan tiene una visión realista de las conversaciones sobre control de armamentos. ( ... )Según el plan de la OTAN, Bélgica y Holanda aceptaron, respectivamente, establecer en sus territorios 48 misiles de los 572 proyectados. Pero los holandeses no han querido comprometerse y han aplazado su decisión hasta el próximo noviembre y condicionado el despliegue a un continuo rearmamento soviético. Si Bélgica lucha contra una alergia nuclear, los holandeses combaten contra un virus. La decisión de Bruselas no terminará con la vacilación de La Haya, pero es una precondición vital. La participación holandesa aseguraría la solidaridad de la OTAN, acabaría con la ofensiva diplomática soviética y reduciría las presiones antinucleares en Alemania Occidental.
Los predecesores de Gorbachov supervaloraron la potencia del movimiento pacifista en Europa occidental y cometieron un error al retirarse de las negociaciones sobre armas nucleares en 1983. Fracasaron al intentar bloquear el despliegue en la República Federal de Alemania, Reino Unido e Italia. La participación de Bélgica dice mucho acerca. de la confianza de Europa en el aparente interés de Reagan en la limitación de armamentos. ( ... )
, 25 de marzo
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