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Grecia, en crísis

Los partidos políticos griegos, más enfrentados que nunca

"La democracia, en su más amplia expresión, ha llegado a Grecia con el PASOK", afirma el portavoz del Gobierno, Dimitris Maroudas. Las últimas iniciativas de Papandreu aumentan el riesgo de que el país "se deslice hacia un régimen totalitario", dice el líder de la oposición derechista, Constantino Mitsotakis. "El PASOK (partido del Gobierno) ha servido a los intereses de la oligarquía", denuncia Vasais Efremidis, diputado europeo por el Partido Comunista del Exterior (KKE). Tres años y medio después de que los socialistas llegaran al poder, lo único claro es que las tensiones interpartidarias son más fuertes que nunca.

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, AtenasMaroudas reivindica para el PASOK un papel histórico: la conquista del poder por la izquierda tras 50 años de dominio de la derecha, en los que hubo dos dictaduras, una ocupación extranjera y una guerra civil."Los Gobiernos de la derecha", asegura, "han venido perpetuando las secuelas de los enfrentamientos internos", y el PASOK, con la bandera de la transformación, incluso radical, de la sociedad griega, pasó del 12% de los votos en las primeras elecciones, tras la caída de la dictadura de los coroneles, al 24% en 1977 y al 48% en 1981. ¿Balance de su gestión? Maroudas destaca la descentralización administrativa, el reconocimiento de la Resistencia Nacional Unificada (que permitió el regreso de los últimos exiliados políticos), el establecimiento del matrimonio civil, la despenalización del adulterio, el establecimiento de una especie de escala móvil que permite la subida automática de los salarios de acuerdo con el aumento de los precios, la reducción de la edad de voto a los 18 años, el establecimiento de un sistema nacional de salud, la fraternización entre el pueblo y el Ejército, la eliminación de la dependencia de una cadena de televisión del Ejército, la contención de la inflación y el paro y la mejora de la situación de la industria.

Son unos resultados que la oposición cuestiona abiertamente, pero que para el Gobierno demuestran que el PASOK ha cumplido su programa electoral. "Para completar nuestros objetivos", afirma, sin embargo, Marotidas, "necesitamos otros cuatro años". Si, como parece probable, los socialistas siguen en el Gobierno tras las próximas elecciones, al menos no tendrán en el palacio presidencial el obstáculo teórico de un presidente de derechas, como era el caso del defenestrado Constantino Caramanlis. No obstante, el portavoz del Gobierno de Papandreu no reconoce que el líder histórico y carismático de la derecha griega haya frenado el cambio. "En los últimos 40 meses, el presidente no ha puesto objeciones a los proyectos de ley del primer ministro y, en todo caso, los ha firmado siempre".

La retirada del apoyo a Caramanlis reside, según Maroudas, en que "fue artífice de una Constitución que concedía grandes pode res al jefe del Estado, atribuciones que queremos devolver al Parlamento, y no se le podía pedir que permaneciera en el cargo en esas condiciones". Desde la oposición derechista de Nueva Democracia, la situación se juzga de forma muy diferente. El diputado Sotiris Papapolitis habla de que Ios dirigentes del PASOK, la cúpula, es extremadamente fanática y recurre a la psicología del pasado, a excavar en las heridas profundas de la guerra civil".

Papapolitis está convencido de que el PASOK se está convirtiendo en algo parecido al Baas sirio "Quieren controlar, no ya el Gobierno, sino todo el poder. Su objetivo es instaurar una especie de teocracia política. En algunos campos, como el de las cooperativas agrícolas, se camina paulatinamente hacia la yugoslavización, incluso hacia la sovietización". Su jefe, Constantino Mitsotakis, que apenas lleva unos meses al frente del partido, pero cuyo liderazgo parece innegable de momento, no es más suave. "El PASOK ha fracasado en todos los campos", dice, y resume: sin llegar a cambiar radicalmente la política tradicional griega hacia el Este, "se ha puesto en duda esta orientación, y en algunos casos ha dado la impresión de que al PASOK le gustaría más estar de la otra parte que de la nuestra", alusión inequívoca a la apertura de Papandreu a la Unión Soviética y los países socialistas.

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Respecto a la política interna, "el PASOK no ha respetado las reglas de la democracia y ha intentado imponer paulatinamente un Estado no democrático". En cuanto a la economía, los socialistas la han llevado "al borde de la catástrofe, a causa, sobre todo, de la pérdida de confianza de los inversores. La actividad se ha estancado; la inflación es galopante, y el paro, muy elevado. Hasta que el PASOK no llegó al Gobierno, Grecia no tenía problema de desempleo". Mitsotakis ve a la propia democracia en peligro, y más ahora, sin la presencia de Caramanlis, y exige elecciones anticipadas con garantías contra toda manipulación. Maroudas, por su parte, asegura que él "podría decir cosas más fuertes", pero no lo hace porque comprende Ias reacciones de quienes han perdido el paraíso en la. tierra y todavía no se creen queya no tienen un poder que espera ban conservar eternamente".

De los tres únicos partidos representados en, el Parlamento, el Comunista del Exterior (KKE), prosoviético, es el menos importante: por el número de sus escaños (13 frente a los 165 del PASOK y los 112 de Nueva Democracia), pero basta con ver su moderna sede de la periferia de Atenas (cristal, mármol, cemento y moquetas en cantidades industriales) para comprender que es una fuerza a tener en cuenta, incluso por encima de su 11 % de votos populares en las elecciones de 1981.

Vasilis Efrenidis, eurodiputado, ex candidato a la alcaldía de Atenas en 1982 (obtuvo el 18,5% de los votos), explica que el apoyo a la candidatura presidencial de Sartzetakis y a los cambios constitucionales para reducir las prerrogativas del jefe del Estado no son un cheque en blanco para Papandreu.

"El PASOK ha sido forzado a tomar estas iniciativas por la presión de sus bases e incluso de algunos de sus parlamentarios y dirigentes, y también por la intervención popular, donde el KKE ha jugado un papel decisivo, catalizador". El KKE quiere, "que se eliminen los artículos de la Constitución de carácter reaccionario, como el que garantiza las inversiones extranjeras". Pero a corto plazo su objetivo está puesto en la ley Electoral, que le parece sumamente injusta a Efrenidis.

Muchas palabras, algunas realidades y una perspectiva: las elecciones, en mayo, tal vez en junio, difícilmente más tarde, aunque la legislatura termina en octubre.

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