Christos Sartzetakis no obtiene los votos necesarios para ser elegido presidente
La elección del juez Christos Sartzetakis como presidente griego pende de un hilo: la decisión que hoy adopte el Parlamento de Atenas en el litigio constitucional que enfrenta a la derecha y a la izquierda respecto al derecho a votar de Yannis Alevras, actual jefe de Estado interino y hasta el pasado domingo presidente de la Cámara. Sartzetakis necesita el apoyo de 180 diputados para ser elegido el próximo día 29. Ayer, en la primera de las votaciones (en la que se requerían 200 sufragios, es decir, dos tercios del total) obtuvo 178. El voto de Alevras y el del viceministro de Asuntos Exteriores, Carolos Papulias (de viaje oficial en Latinoamérica), bastarían para alcanzar el día 29 la mayoría necesaria.
AtenasComo se esperaba, los diputados de Nueva Democracia (ND) no votaron. Tampoco salieron de la sala, como se había rumoreado insistentemente e incluso como había asegurado un diputado del grupo. Se limitaron a ponerse en pie y a decir: "Presente". Abstenciones que, en realidad, fueron votos negativos. De los 112 diputados de ND, 111 adoptaron esa actitud; el otro, Constantino Papaconstantinou, envió una carta al presidente provisional de la Cámara, Mijalis Stefenidis, en la que excusaba su asistencia y aseguraba que rechazaba la elección de Sartzetakis. Naturalmente, su voto no contó. Como tampoco el de Papulias, que llamó desde América por teléfono justo para manifestarse en sentido contrario. El tercer ausente fue el propio Alevres.El voto de los 297 diputados presentes se distribuyó así: 178 a favor del juez del caso Z, 113 no emitidos (111 de Nueva Democracia y dos de otros parlamentarios de la derecha), tres en blanco y tres nulos. De los votos en blanco sólo se sabe que uno de ellos corresponde a Panatis Canalopulos, que fue primer ministro en 1967, poco antes del golpe de los coroneles. Sobre los cinco restantes hay toda suerte de especulaciones. Lo lógico es que correspondan todos ellos a diputados independientes. Pero corresponsales con base en Atenas aseguran que varios de los votantes les han dicho que vieron la frase escrita en una de las papeletas nulas, y que decía así: "No podemos decir sí a un engaño totalitario". Lo cierto es que se ha extendido la sospecha de que, al amparo del secreto de voto, ha habido alguna traición en el seno del partido del Gobierno, el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), del primer ministro Andreas Papandreu.
El eurodiputado comunista Vasilis Efreninis comentaba hace unos días que los únicos votos seguros serían los de su partido, el KKE. Incluso Mikis Theodorakis, el autor de la música de Z y de Zorba el griego, parece que aceptó la disciplina de su grupo. Y eso a pesar de los rumores desatados por la suspensión de un recital la semana pasada, rumores que incluso le situaban fuera del país. Theodorakis, que tiene sus propias cuentas que saldar con el PASOK y con la ministra de Cultura -la ex actriz Melina Mercouri-, llegó a decir hace unas semanas que podía verse forzado a un nuevo exilio, como en los tiempos de la junta militar. Pero el imprevisible diputado y artista genial optó por obedecer.
Quedan otros 165 votos favorables a Sartzetakis, dos de los cuales al menos pertenecen a independientes. Pero sólo si éstos anuncian públicamente en qué sentido han emitido su sufragio se sabrá si ha habido o no algún traidor en las filas del PASOK.
Más incertidumbre no puede haber. El portavoz del Gobierno, Dimitris Maroudas, ha declarado que está convencido de que el día 29 Sartzetakis será presidente. Pero, de no cambiar las cosas en estos días, el incorruptible juez necesitará contar con el voto de Alevras. Nueva Democracia asegura que éste, en su condición actual de presidente de la República, ha dejado de ser diputado. Incluso apoya su argumento en dictámenes de expertos constitucionales, aunque no los nombra. El PASOK dice que el Parlamento no puede funcionar con 299 miembros en lugar de 300 y que las funciones de Alevras como jefe de Estado son puramente circunstanciales. La cuestión se decidirá hoy, y lo lógico es que el PASOK imponga su punto de vista, con la fuerza de 163 escaños, mayoría absoluta. Pero esta solución impuesta puede provocar un deterioro muy peligroso del clima político e incluso un conflicto constitucional, ya que la derecha impugnará la propia validez jurídica de la elección presidencial. Todo ello en el caso de que, de aquí al día 29 (con una votación por medio, el 23, en la que todavía hará falta mayoría de dos tercios), no haya ningún diputado que cambie de opinión.
La revisión constitucional
De la salida de este embrollo depende directamente la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas. Si Sartzetakis no es elegido en la tercera votación, el día 29, la Constitución obligará a disolver la Cámara. En este caso, los colegios electorales abrirían sus puertas el 5 de mayo y el nuevo Parlamento tendría como primera tarea la elección del presidente, para lo que bastaría, en segunda votación, con la mayoría absoluta de diputados. Pero nadie puede jurar hoy que para entonces el PASOK tendrá más de 150 escaños, aunque sea lo más probable.La elección o no de Sartzetakis condiciona asimismo la revisión constitucional propuesta por Papandreu, y que pretende recortar sustancialmente las atribuciones del jefe del Estado. El mecanismo establecido en la propia ley de leyes exige que la reforma se efectúe en dos legislaturas sucesivas: en la primera se proponen las enmiendas (en dos votaciones, con un mes de plazo mínimo entre ambas) y en la segunda se aprueban definitivamente. Está claro que si el candidato presentado por el PASOK no pasa con éxito la prueba del día 29, la revisión tendrá que esperar.
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