38 millones para restaurar el monasterio de Santa María la Real

LogroñoLa Dirección General de Bellas Artes va a dedicar 38 millones de pesetas para acometer las obras más urgentes de restauración en el monasterio de Santa María la Real de Nájera, uno de los edificios religiosos más importantes del norte de España, desde el punto de vista artístico e histórico. Las obras consistirán en la reparación de cubiertas que se encuentran en mal estado, a pesar de que fueron restauradas hace 17 años por el arquitecto Fernando Chueca Goitia.

También se trata de buscar una solución definitiva a las filtraciones de agua que se han producido en el monasterio, deteriorando de forma grave la piedra, sobre todo en la parte de la sala de enterramientos, o capilla de los Infantes.

"La parte baja del monasterio ha actuado como una esponja, absorbiendo la humedad", ha señalado el director regional de Cultura, José Manuel Ramírez. "A veces se han llegado a contabilizar hasta 17 o 18 litros de agua por minuto procedentes de las filtraciones. La humedad y el salitre han carcomido parte de los muros, afectando a la piedra del panteón de Blanca de Navarra, que tiene importantes muestras de escultura románica. Tal vez lo más grave es que han salido capas de cristales en la piedra de sillería, que hace temer por la seguridad del edificio".

El monasterio de Santa María la Real, monumento nacional desde 1889, fue construido en el siglo XI, cuando la Corte de la Corona de Navarra estaba situada en Nájera. Sobre la planta de la edificación románica, de la que quedan restos escasos, se levantó el actual monasterio, de estilo gótico, en los siglos XV y XVI. Su historia posterior ha conocido una situación de abandono y deterioro paralela a la progresiva pérdida de importancia de la antigua corte medieval.

Las obras, que se van a contratar de forma inmediata con un período de ejecución de dos años, van a cubrir también la restauración de la sillería del coro, una de las más importantes muestras de la imaginería que se conservan en La Rioja. Labradas a finales del siglo XV, contienen relieves con motivos profanos y religiosos realizados con trazos angulosos propios del arte hispanoflamenco. En el respaldo de la silla abacial destaca la figura del rey García de Nájera, fundador del monasterio.