España negocia hoy en Bruselas su última oportunidad de ingresar en la CEE el 1 de enero de 1986
En algo parecen estar de acuerdo la parte española y la comunitaria con vistas a la maratón negociadora que se abre hoy en Bruselas y que durará en principio hasta el miércoles: es el último tren y la última oportunidad que queda para poder cumplir, si acaso, el objetivo del ingreso ibérico en la CEE el 1 de enero de 1986. Los vaticinios son imposibles, aunque parece haber movimientos por parte de ambos bandos. "Hay muchos escollos entre los diez y entre la CEE y España, pero, si todos quieren, se pueden salvar", manifestaron fuentes comunitarias.
La delegación española, encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, y el secretario de Estado para las Relaciones con las Comunidades Europeas, Manuel Marín, viajan a Bruselas con la postura definitiva española aprobada por el Consejo de Ministros el pasado viernes.Tres temas fundamentales sobre la mesa: agricultura, pesca y asuntos sociales. "Será todo o nada", se dice en la CEE. La verdadera prenegociación con vistas a este crucial encuentro de los ministros de Asuntos Exteriores de los diez y de España y Portugal no se ha llevado a cabo en Bruselas en los últimos días, sino entre las capitales -contactos directos o telefónicos- e incluso en la diplomacia funeraria que ha rodeado el entierro de Konstantín Chernenko en Moscú.
En cuatro días hay tiempo para grandes crisis y grandes reconciliaciones si al fin se llega al último cuarto de hora. La presidencia italiana del Consejo de Ministros de la CEE y la Comisión Europea tendrán una dificil tarea de mediación. Quieren intentar aproximar las posiciones de todos a la vez y evitar así el sistema de fijar una postura comunitaria que España tuviera que contestar.
Pero se estima que si los diez presienten que España no tiene la voluntad de concluir -y viceversa- se endurecerán las posiciones. La presidencia italiana insiste en que sería un error acudir con estos temas a la cumbre europea del 29 y 30 de marzo, pues no podrá resolverlos. Y perder la presión actual sería retrasar la negociación seis meses, y "seis meses, dado el calendario político en Europa, son 10 años".
Solución equilibrada
El secreto está en la pesca, tema en el que aún no hay acuerdo a diez. Londres ha presentado una nueva propuesta: más cuotas y más barcos (para las especies que pesca España ahora y para las zonas en que faena) hasta el año 2002, fin de la política pesquera común. Se aplicarían controles y dobles listas para los barcos españoles con la posibilidad de hasta 160 barcos que pudieran estar incluidos en la lista de buques que faenarían simultáneamente. Pero otros países, y muy especialmente la presidencia italiana, insisten en que en algún momento, quizá ligándolo a la reestructuración de la flota española, se abran otras zonas -como el box irlandés o el mar del Norte- a los españoles.
En agricultura, fuentes comunitarias aseguran que "la CEE podrá poner sobre la mesa una solución equilibrada". Algunos países, como Holanda, no aceptan aún el sistema de contingentes para los productos continentales, pero lo aceptarían si se mantiene la propuesta global de compromiso -rechazada por todos- de la Comisión Europea sobre pesca, agricultura y asuntos sociales. Persisten, sin embargo, problemas importantes en agricultura: Francia exige montantes compensatorios y no sólo correctores para limitar nuestras exportaciones de vino, aunque estaría dispuesta, en cuanto a la cuota de producción, a ofrecer un colchón de garantía a España de un 15%. España insiste en no incluir a los agrios en el sistema de transición en dos fases del sector hortofrutícola y otras medidas.
En contra de los argumentos españoles, la CEE saca el problema que supondría esto para otros países, como Marruecos, de la cuenca del Mediterráneo (y la política mediterránea también será objeto de debate). En el azúcar persiste el enfrentamiento de intereses entre Madrid y Londres. En aceite de oliva, España quiere una más rápida aproximación, si no de los precios sí de las ayudas a la producción.
En medios comunitarios se estima que la solución estará, con muy pocas modificaciones, en las propuestas de la Comisión. Todo depende ahora de que ambas partes, que parecen haber comprendido que esta vez sí es decisivo llegar a un acuerdo (aunque quedarán temas para negociar luego), decidan moverse a la vez.
Los ministros tendrán que discutir también la contribución española al presupuesto de la CEE. Y la solución, ligada por la RFA a la ampliación de los problemas presupuestarios de la CEE. También están los PIMS (programas mediterráneos integrados), en los que tanto insiste Grecia. Pero éstos, dadas las divergencias en los diversos planteamientos, irán seguramente a la cumbre sin garantía de solución, por lo que España tendrá que negociar estos días bajo una espada de Damocles.
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