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La próxima negociación España-CEE, decisiva para cumplir los plazos

Andrés Ortega

De "última oportunidad" para que España pueda ingresar el 1 de enero de 1986 en la CEE calificaron fuentes próximas a la presidencia italiana del Consejo de Ministros de la Comunidad la sesión maratoniana de negociación que se abrirá el domingo en Bruselas. Hay movimientos, pero nadie sabe si habrá acuerdo. Entre estos movimientos se puede citar el hecho de que varios de los países pesqueros de la CEE están dispuestos a ofrecer una cuota de merluza a España equivalente a 12.000 o 14.000 toneladas, es decir, algo menos del doble que la actual. Esta cuota se traduciría en un porcentaje, con lo que el cupo total aumentaría (o disminuiría) según aumentaran (o disminuyeran) las cantidades globales de toda la CEE. En agricultura, las fuentes citadas estiman que el acuerdo final tendrá que hacerse sobre la base de la propuesta de compromiso hecha por la Comisión Europea, que no ha sido aceptada ni por los diez ni por España. "Pero se puede cambiar muy poco", estiman.

Poca preparación

Un problema principal que ayer quedó de nuevo puesto de relieve en la reunión del Comité de Representantes Permanentes de los diez (Coreper) es que algunos países, como Holanda y Francia, no aceptan aún el contingentar las importaciones en España de algunos productos continentales. Pero las fuentes citadas estiman que la CEE acabará aceptando en este terreno la tesis española, para llegar a un "conjunto dominado por un equilibrio entre productos continentales y productos mediterráneos".

Pero estas fuentes están "inquietas" por la "poca preparación que ha hecho España para presentar eso como es", actitud que podría llevar a un "callejón sin salida". Además, si entre el domingo y el miércoles los diez creen que España considera que no ha llegado aún el momento de un acuerdo, la CEE endurecerá su postura, lo que llevará a un nuevo bloqueo.

Aunque la tentación y la experiencia comunitaria están ahí, se considera que sería un "grave error" pensar que se pueden remitir estos temas a la cumbre europea que se reunirá en Bruselas a final de mes, primero porque los jefes de Estado y de Gobierno no parecen estar dispuestos a hablar de lechugas, tomates y detalles de la negociación, y segundo, porque una decisión de una cumbre no se puede modificar salvo por otra cumbre. "¿Aceptaría España una oferta de la cumbre a tomar o dejar?", se preguntan estos medios. Además, en la maratón negociadora se logrará "o todo o nada, pues no pueden haber acuerdos sobre puntos aislados". Dado el calendario algunas fuentes estiman que "un retraso de seis meses en la negociación es un retraso de 10 años en la adhesión". De aquí lo de "última oportunidad" para lograr un acuerdo político en materia agrícola, pesquera y social.

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