Ayuda 'humanitaria' para misquitos refugiados en zonas estratégicas
Algunos funcionarios de la Admínistración de Ronald Reagan han comentado en público durante las últimas semanas que la financiación directa a los contras nícaragüenses podría sustituirse, si persistiera el veto del Congreso, por alguna fórmula de ayuda humanítaria. El programa de la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID), que ya está en ejecución, parece haber estrenado en la práctica esta vía.La AID, que se nutre con fondos del presupuesto norteamericano, aprobó a finales del año pasado una partida de 7,5 millones de dólares (1.350 millones de pesetas) para los inisquitos nicaragüenses (minoría étnica) refugiados en Honduras. La novedad del programa radica en que no beneficia a quienes habitan los campamentos construidos por las Naciones Unidas a 51) kilómetros de la frontera, sino sólo a quienes se quedaron en las orillas del río Coco, en una zona dominada por la organización armada antisandinista Misura.
Ni los propios técnicos de laAID, que el mes pasado visitaron la zona para evaluar el proyecto, saben en qué van a gastar tanto dinero. En principio se va a construir un puente, que tendría cierto valor táctico en el caso de una guerra con Nicaragua. Al margen de eso, sobran fondos para alimentar a los 5.000 misquitos que viven en la zona, ibertemente controlados por los jel7es de Misura.
Mientras tanto, los 12.000 misquitos acogidos a los planes de ACNUR (Alta Comisaría de las Naciones Unidas para los Refugiados) deben arreglarse con un presupuesito anual que no llega a los cuatro millones de dólares.
La gran migración de los misquitos se inició a finales de 1981
alcanzó sia punto máximo un año después. Los cálculos más conservadores estiman que al menos 15.000 indígenas cruzaron el río Coco huyendo del régimen sandinista, que en su propósito de alejarles de I.as zonas fronterizas no vaciló en quernar sus viviendas.
ACNUIR construyó un campamento de acogida en Mocorón, en el departamento hondureño el<-, Gracias a Dios, donde se habíanreunido ya 12.000 personas a comienzos de 1983. La organización norteamericana World Relief se interesó en el programa y se hizo cargo de la ayuda médica. Tanto ACNUR como World Relief entendieron que la atención de los refugiados no podía convertirse en un problema eterno y decidieron desplazarlos más lejos de la frontera, a una zona donde cultivaran sus propias tierras y fueran autosuficientes en dos años.Al margen del campamento instalado junto al río Mocorón, ya funcionan dos más a orillas de los ríos Barunta y Patuca. Los propios misquitos han construido sus viviendas con materiales facilitados por ACNUR, y el año pasado recogieron sus primeras cosechas de arroz y frijoles. Los tres canipamentos suman una población de 12.000 misquitos. Sólo 2.000 decidieron quedarse en la frontera.
En agosto del año pasado la organización Friends of America, que dirige el senador de Louisiana Woody Jenkins, republicano conservador, empezó a trabajar en la zona en estrecho contacto con la organización Misura. La organización llegó con alimentos gratuito medicinas, viviendas. Toda la a] da era canalizada a través de per- sonas vinculadas a Misura. Jur al río Rus-Rus, a sólo tres kilómetros de la frontera nicaragüense, ha levantado en pocos meses
campamento que cuenta con u gran bodega y su propia pista
aterrizaje para avionetas.De los 12.000 misquitos que vivían en los campos de ACNU 3.000 decidieron regresar a Ri Rus, porque allí la comida les lle del cielo, sin necesidad de trat Jar. El congresista Bill Livingsi ne, amigo de Woody Jenkins, e( siguió más tarde que la AID api base su propio programa de ' millones de dólares para la zo fronteriza.
Con este tipo de proyectos, Mesura no tendrá demasiados prob mas para reclutar combatienti Es muy probable que en los pró mos meses aumente el flujo de i fugiados hacia esa zona, donde comida llega en avioneta, direci mente financiada por el pres puesto estadounidense. Métod así convierten en algo superfluo ayuda directa a los contras.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.