_
_
_
_

El Centro Dramático presenta en Madrid 'Anselmo B.', tras la aventura vallisoletana

El montaje de Anselmo B. o la desmedida pasión por los alféizares, de Francisco Melgares, que hoy se presenta en el María Guerrero de Madrid, fue estrenada hace una semana en Valladolid por el Centro Dramático Nacional, que rindió así un pequeño homenaje a la ciudad que, desde hacía 15 días, acogió los ensayos y preparativos de la obra que dirige Adolfo Marsillach. Para una capital cada vez más alejada del mundo de la escena y que pierde paulatinamente su fuerte tradición teatral, la presencia de actores famosos fue una aventura que no pasó inadvertida, aunque sólo fuese a nivel anecdótico.

Más información
El autor no sabe donde meterse

" ¿Son los de verdad? o es algún gracioso que se ha disfrazado aprovechando el día que es?", preguntaba, con una cara mezcla de sorpresa, duda y veneración, una señora que en la noche del martes de carnaval se encontró de lleno con una comitiva en la que figuraban Adolfo Marsillach, Tina Sainz, Manuel Galiana, María Luisa Ponte y otras personas de la farándula. Todos ellos paseaban por la zona donde se halla el teatro Calderón, lugar de ensayo, y donde en aquellos momentos se vivían los últimos coletazos festivos del carnaval.Efectivamente, eran los de verdad, aunque mucha gente lo dudó, quizá por la falta de costumbre de ver en Valladolid, en pleno mes de febrero, a rostros populares de la escena. La explicación al fenómeno era sencilla: el Centro Dramático Nacional ensayaba desde hacía varios días en el teatro Calderón, un recinto privilegiado pero cuyas enormes posibilidades escénicas han sido insuficientemente aprovechadas hasta ahora para el teatro. Lluís Pasqual se dio cuenta de ello hace tiempo y se vino a Valladolid a preparar su Luces de Bohemia. "Las instalaciones son las adecuadas, y el coste es muy inferior al de cualquier teatro de Madrid, y la ciudad reúne todas las condiciones para mentalizar a los actores para que no se distraigan y poder sacar el mayor partido posible al trabajo", dijo entonces.

El Centro Dramático Nacional ha debido valorar positivamente la experiencia, ya que ha vuelto a repetir los ensayos, primero con Anselmo B. y actualmente con No hay burlas con Calderón, un montaje de Ángel Facio subtitulado Ejercicio de estilo sobre textos de Calderón. Las piedras, butacas, tramoyas y luces del teatro Calderón han agradecido estas deferencias. En sus adentros habrán comentado que ya está bien de que sus valores escénicos y acústicos se infrautilicen diariamente con proyecciones de filmes norteamericanos o películas del montón.

Quienes no parecen darse cuenta de que Valladolid puede estar llamada, precisamente por poseer el teatro Calderón, a ser subsede del Centro Dramático Nacional, son los organismos oficiales locales y autonómicos, que están dejando pasar la oportunidad de llegar a acuerdos que faciliten la presencia constante de los montajes de la compañía en la capital castellana a cambio, por ejemplo, de que los estrenos se hagan en Valladolid. Gentes del mundo del teatro ya han llamado la atención sobre este tema, aunque hasta ahora no han sido escuchadas. Y es que la presencia de los hombres del Centro Dramático Nacional, al igual que ocurriera con Luces de Bohemia, no ha tenido más repercusión en la ciudad que anécdotas como la citada o ligeros contactos con los escasos círculos teatrales de la ciudad.

Pese a todo, Anselmo B o sus intérpretes consiguieron el pequeño milagro de llenar el patio de butacas del Calderón, algo que no suele suceder en Valladolid lejos de la temporada de ferias. El público acogió con ovaciones la obra de Francisco Melgares, aunque el texto se sitúe a un nivel ligeramente inferior al espectacular montaje que lo arropa. Claro que el director, Adolfo Marsillach, señaló claramente que él, para hacer un montaje teatral, considera totalmente necesario que el texto le despierte un mínimo entusiasmo. El propio Marsillach indicó que ha tratado de que la obra discurra por los caminos de la ironía, "algo que hace falta en este país".

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_