Arafat cedió en puntos esenciales ante Hussein para adoptar una fórmula de acción común
Yasir Arafat, presidente del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberaciórt de Palestina (OLP), contestó positivamente al rey Hussein de Jordania, dos meses y medio después de que éste le hiciese la oferta -en la sesión inaugural de la reunión en Amman del Consejo Nacional Palestino (Parlamento en el exilio)-, para recorrer juntos el camino que conduce a la paz en Oriente Próximo. Arafat, en su reciente acuerdo con el monarca jordano, ha respondido con un sí que implica concesiones sustanciales respecto de las tesis defen didas hasta ahora por la OLP.
El acuerdo entre Hussein y Arafat, concluido el pasado 11 de febrero, implica, según la versión oficial difundida por Amman, tres concesiones importantes al monarca hachemí:1. La aceptación implícita de la resolución 242 aprobada en 1967 por el Consejo de Seguridad de la ONU, que, a pesar de pedir a Israel la evacuación. de los territorios ocupados durante la guerra de los seis días (Cisjordania, Gaza y Jerusalén), había sido hasta ahora rechazada por la OLP porque circunscribe la cuestión palestina a un mero problema de refugiados, omitiendo a la OLP y el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino.
El acuerdo Hussein-Arafat subraya el apego de ambos interlocutores a "las resoluciones de las Naciones Unidas, incluidas las del Consejo de Seguridad", organismo que por primera vez menciona explícitamente un texto firmado por el líder palestino.
2. La aceptación también de la puesta en pie de una "delegación común jordano-palestina" para negociar, con cuya creación la OLP renuncia a representarse sola a sí misma en unas eventuales conversaciones de paz. Arafat se esfuerza con esta concesión por superar la negativa israelí a dialogar con una organización que el Gobierno de Tel Aviv sigue calificando de terrorista.
Derecho de autodeterminación
3. La aceptación, por último, de un límite claro al derecho a la autodeterminación del pueblo palestino, que sólo podría ejercer "en el marco de una futura confederación árabe entre dos Estados, jordano y palestino". Queda así implícitamente descartada la opción a una independencia total del Estado palestino en su relación con el reino de Jordania.Al margen de las críticas formuladas contra el acuerdo de Amman por grupos palestinos disidentes y marxistas afincados en Damasco, algunos colaboradores del propio Arafat, incluido su lugarteniente, Abu Jiliad, o su ministro de Asuntos Exteriores, Farulk Kadumi, han puesto en tela de juicio la interpretación jordaría del texto, asegurando que la OLP hablaría por sí sola, sin delegar en ningún país a la hora de negociar. También han hecho hincapié en el inalterable rechazo de la central palestina de la resolución 242.
Pero el ministro jordano de Información, Taher Hikmat, encargado la semana pasada de dar a conocer el contenido del acuerdo, explicó detenidamente a la Prensa que éste suponía una aceptación condicionada de la 242. "No nos conciernen esas declaraciones", afirmó Hikmat, " porque el texto ( ... ) es muy claro sobre esos puntos y el Comité Ejecutivo de la OLP lo ha aprobado en Túnez".
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