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La vía diplomática se abre paso en Oriente Próximo

Washington y Moscú discuten, por primera vez desde finales de 1977, sobre una salida al conflicto árabe-israelí

Estados Unidos y la Unión Soviética mantuvieron ayer en Viena cinco horas de conversaciones sobre la situación en Oriente Próximo. Ésta es la primera discusión directa de las superpotencias sobre la región desde hace más de siete años. "Ha sido interesante", dijo el representante norteamericano, Richard Murphy, al salir de la Embajada soviética, donde se celebró la reunión. Hoy las dos delegaciones se encontrarán en la Embajada norteamericana.

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Las cláusulas del acuerdo jordano-palestino

La primera jornada de conversaciones soviético-norteamericanas se produjo en un ambiente de intensas gestiones diplomáticas de distinto orden para encontrar una salida a una crisis que cuenta ya 37 años. El acercamiento jordano-palestino, la gira por Europa del primer ministro israelí, Simón Peres, y las visitas a Washington del rey Fahd de Arabia Saudí y del presidente egipico, Hosni Mubarak, son esfuerzos por la paz que contribuyen a crear una atmósfera propicia a la negociación.De lo tratado ayer en Viena no se produjo la menor filtración y ambas delegaciones suscribieron las palabras de Murphy, secretario de Estado adjunto para Asuntos de Oriente Próximo, al concluir el encuentro cuando anunció que "habrá una declaración en Washington y Moscú una vez que concluyan las conversaciones".

Murphy concurre a estos "intercambios de puntos de vista sobre los problemas de la región", como considera Estados Unidos los encuentros, acompañado por un miembro del consejo de seguridad nacional, que asesora a Ronald Reagan sobre cuestiones de política exterior y de defensa, y otro de la Embajada norteamericana en Moscú Vladimir Poliakov, jefe de la sección de Oriente Próximo en el Ministerio soviético de Exteriores, comparece acompañado por una delegación análoga.

A Austria llegó ayer, de un modo inesperado, procedente de Lanzarote, el rey Hussein de Jordania, que se desplazó a esquiar a una estación invernal. Un portavoz de la Embajada norteamericana en Viena rechazó que fuera a producirse un encuentro de Hussein con Murphy. La legación soviética declinó hacer ningún comentario sobre la repentina llegada del monarca hachemí.

Fuentes diplomáticas en la capital vienesa creen ver en esta reunión una tímida voluntad norteamericana de volver a asumir un papel activo, aunque en principio sea muy restringido, en la búsqueda de la paz para Oriente Próximo. La URSS ha venido a lo largo de los últimos años intentando introducirse en cualquier propuesta para una salida negociada a la crisis de la región, pero hasta ahora sin éxito.

Estados Unidos podría acceder a compartir con Moscú parte del eventual éxito de una propuesta pacificadora, pero para ello pone condiciones difícilmente aceptables por el Kremlin, condiciones entre las que se encuentran el establecimiento de relaciones con Israel, mayor tolerancia con respecto a los judíos soviéticos y más control sobre Siria.

La URSS quedó descabalgada de cualquier propuesta de paz para la región de un modo inesperado hace algo más de siete años, a las pocas semanas de que Cyrus Vance y Andrei Gromiko, ministros de Exteriores norteamericano y soviético, respectivamente, concluyeran un acuerdo de actuación conjunta en la zona. Poco después de la firma de este acuerdo, el presidente egipcio, Anuar el Sadat, viajó a Jerusalén, en noviembre de 1977, con lo que abrió la vía que desembocó en los acuerdos de Camp David, de los que Moscú estuvo ausente.

La URSS ha reiterado en numerosas ocasiones su idea de una conferencia internacional con todas las partes implicadas y bajo los auspicios del Consejo de Seguridad de la ONU, pero en el momento de producirse el encuentro de Viena guarda un mutismo absoluto, señala Pilar Bonet. La agencia Tass despachó ayer el inicio de las conversaciones con un escueto texto de cinco líneas, sin otros comentarios.

En Israel, donde en un principio se consideraron "completamente normales" estos encuentros, empieza a emerger una cierta desconfianza, según señala Víctor Cygielman. Se reconoce en Tel Aviv y en Jerusalén que Estados Unidos ha prometido realizar sólo intercambios de puntos de vista con los soviéticos, pero se teme que Murphy esté dispuesto a llevar las discusiones más allá.

El gran temor en Israel es que la parte norteamericana ceda a la tentación de realizar algunas concesiones a los soviéticos, a costa de Israel, a cambio de una mayor flexibilidad de Moscú en cuestiones de desarme.

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