El difícil equilibrio de Antonio del Real
Antonio del Real es un joven director empeñado en encontrar una fórmula de sainete que no eluda los aspectos más delirantes del astracán- En su breve filmografía, tras apuntar este proyecto de El peligroso influjo de la luna, apareció el acierto de Buscando a Perico, donde los equívocos se acumulaban en un disparate del que el espectador, divertido, siempre tenía las claves. También, sin embargo, el error de Y del seguro, líbranos, Señor, donde el astracán venció al director con todas sus trampas: aquella hipotética denuncia de la Seguridad Social se perdía en tópicos y exageraciones absurdas.Café, coca y puro, su nuevo filme, es más sereno. Antonio del Real quiere mantener un difícil equilibrio entre la comedia tradicional y las ilustraciones de un humor disparatado, y además bajo la estructura de una película de intriga. Algo de lo que ya había en Buscando a Perico. Pero con el control de quien no quiere ya un riesgo excesivo. Los personajes no se entrecruzan complicando la historia central con otras peripecias igualmente protagonistas ni su confusión está tan cargada de ironía. En este filme Del Real quiere divertir con una escalada argumental más habitual, controlándolo con referencias de mayor garantía.
Café, coca y puro
Dirección: Antonio del Real. Guión: Del Real e Ignacio Cabal. Fotografía: Julio Madurga. Música: Teddy Bautista. Intérpretes: Antonio Resines, Fiorella Faltoyano, José Luis López Vázquez, Miguel Angel Rellán, Carlos Santuario, Isabel Mestres. Comedia, española, 1984.Locales de estreno: Lope de Vega, Cartago e Infante. Madrid.
Con ello corre un riesgo distinto: comunicar al espectador ese mismo control y no darle opción a que fantasee con las ofertas del filme. La intriga de Café, coca y puro tiene todos los elementos del género, pero le falta espontaneidad. Si bien el salto que existe entre el fallido atentado contra un general con que la película se inicia y la razón última de esos disparos hace sorprendente el embrollo y, por tanto, mantiene entretenido al espectador.
Altibajos
Los distintos aspectos de la historia se distancian tan escrupulosamente, quizá por ese afán de no complicar en exceso la propuesta, que el filme sufre de continuos altibajos. Un interés despierta la historia de amor, y otro muy distinto las investigaciones del sobrino de la señora casualmente muerta en el atentado contra el general; finalmente, otro la aparición de sus misteriosos amigos. Entre risas o situaciones extravagantes, Café, coca y puro se subdivide como su propio título.Es un filme de actores, y en el interés que despierten puede el espectador encontrar un atractivo paralelo. Antonio Resines domina la película en el personaje de improvisado detective. Su peculiar forma de interpretación conduce el filme por el tono relajado que lo caracteriza. López Vázquez y Miguel Ángel Rellán sobreactúan sus cometidos, peligrosamente en el caso del primero. Fiorella Faltoyano, protagonista, pero sin base en el guión para un trabajo brillante, cumple con profesionalidad; entre todos desmadejan el ovillo que Del Real ofrece ahora en ese su lento caminar hacia la buena comedia.
Babelia
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