Un periodista norteamericano consigue huir en Líbano de los integristas islámicos que le secuestraron
El periodista norteamericano Jeremy Levin, desaparecido desde hace casi un año en Líbano, logró ayer escapar de sus secuestradores , integristas islámicos, y entregarse a una patrulla del Ejército sirio, que le condujo hasta uno de sus acuartelamientos, en la ciudad de Baalbek, en la llanura oriental de La Bekaa, donde se identificó y pidió ayuda, según reveló la emisora Voz de Líbano.Levin, de 52 años de edad, director de la delegación en Beirut de la Cable Televisión Network, desapareció misteriosamente en la mañana del 16 de marzo del año pasado cuando salía de su piso hacia su oficina en el hotel Commodore, en pleno sector musulmán de la capital.
Con aspecto cansado y una barba crecida, pero aparentemente en buen estado de salud, Levin, que no quiso revelar dónde había permanecido detenido durante 11 meses, contó que había caminado de madrugada durante más de dos horas hasta oír, a eso de las dos de la mañana, voces y ladridos de los soldados sirios y sus perros, que le animaron a salir de su escondite, debajo de un camión, y entregarse.
Las autoridades sirias informaron a última hora de ayer a Estados Unidos sobre la situación de libertad del periodista, que, según señalaron, se encuentra en Damasco "sano y salvo".
Fuentes locales de Baalbek habían anunciado que el ex rehén iba a ser trasladado a Damasco en un vehículo del Ejército sirio, que controla la región donde también operan, no obstante, milicias integristas shiíes libanesas y guardianes de la revolución iraní.
En unas declaraciones formuladas al único periodista que consiguió verle ayer, el corresponsal en La Bekaa de la agencia de noticias France Presse, Levin contó que durante su cautiverio permaneció "atado a un radiador", que los ojos le eran "tapados cada vez que salía de la habitación" y que estuvo detenido en cuatro lugares diferentes.
El secuestro del periodista fue reivindicado, junto con los de otros cuatro ciudadanos norteamericanos desaparecidos en Beirut -el diplomático William Buckley, el pastor Benjamín Wier, el bibliotecario Peter Kolburn y el sacerdote católico Lawrence Jenko- por la extraña organización integrista Jihad Islámica (Guerra Santa Islámica).
Un anónimo interlocutor telefoneó ayer en nombre de Jihad Islámica desmintió que Levin hubiera escapado y dijo que "había sido liberado al quedar establecido que no estaba comprometido con actividades de espionaje y subversión contra el Islam".
El grupo extremista islámico, que amenazó con juzgar a sus cinco rehenes, exigió públicamente a cambio de su liberación el cierre de todas las instituciones norteamericanas en Líbano; pero en los escasos contactos indirectos mantenidos con la Administración estadounidense pidió concretamente la puesta en libertad de 17 presos encarcelados en Kuwait por delitos de terrorismo.
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