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Reportaje:

Julian Lennon intenta cumplir la profecía de su padre: "Será un rockero famoso"

Diego A. Manrique

El nombre de Lennon llama la atención por sí solo. Si quien lo lleva, el joven Julian Lennon, es, además de hijo del beatle asesinado, un rockero de nuevo cuño que ya arma alborotos, no sólo por su parecido físico con su padre, sino por mantener personalidad propia bajo su sombra, la llamada de atención se duplica. Julian Lennon estuvo en los estudios de TVE en Barcelona grabando dos de sus canciones. A sus 21 años, el muchacho intenta demostrar que John acertó cuando dijo: "Este chico será un famoso rockero".

Cuando John Lennon le vio por primera vez, después de una gira que le mantuvo alejado de Liverpool, no pudo ocultar su entusiasmo paternal: "¡Este chico va a ser un famoso rockanrolero!'.Julian Lennon ríe al oír la anécdota -inmortalizada por Cynthia, su madre, en su libro de memorias- y reconoce que su padre tenía buen ojo. Al menos su compañía discográfica le trata bien -"ha vendido más de un millón de copias en Estados Unidos", susurran respetuosos-. Por tanto, hay orden de prohibir que se le acerquen fotógrafos -"nadie debe comerciar con su imagen"-. "Es el vivo retrato de su padre", "¡Ah, no!, es muy menudo". Su presencia en los estudios de TVE en Barcelona, donde ha grabado un par de temas dentro de Ahí te quiero ver, causa alboroto. Rodeado de nueve personas de su compañía, Julian sonríe con resignación: "Ha sido así desde que saqué el disco. Viajes, entrevistas, actuaciones. Ya ni siquiera recuerdo cómo era mi vida antes de firmar el contrato".

Un tipo con suerte. Nada más estampar su firma le mandaron a un castillo de Francia para componer. De ahí, a Nueva York, donde grabo con un equipo de primera lo que es su debú. Valotte ha sido uno de los acontecimientos del invierno pop; público y críticos boquiabiertos ante un cantante que utiliza todos los manierismos vocales del cerebro de los Beatles. Machaconamente, Julian asegura que la popularidad de canciones como Too late for goodbyes no es atribuible a su venerado apellido. "No, nadie compraría un disco del hijo le John si no les gustara. Al menos al precio que hoy tienen los discos".

El 'toque Lennon'

En su fichaje tampoco influyó ese factor sentimental: "Mi representante ofreció mis maquetas sin difundir mi nombre completo". Una precaución inútil: en estructura e interpretación el toque Lennon es inconfundible. Y nadie puede echárselo en cara. Al menos en este momento de sorpresa. "¿Dentro de dos o tres años? Ya veremos, no me preocupa el futuro".Sus 21 años han sido agitados. "No puedo calcular el número de casas que he conocido". Añade con picardía: "Tuve muchos padrastros desde que John. se marchara en 1968". Un niño como otro cualquiera que descubre que sus compañeros de colegio le señalan con el dedo.

Aparentemente, John Lennon no fue especialmente generoso con su primera familia. "Cuando cumpla 26 años recibiré algo más de 100.000 libras. No está mal, pero no me puedo permitir holgazanear". La relación con Yoko Ono no es ejemplar: desconfianza, celos, malentendidos. "Acabo de ver a Yoko. Ten en cuenta de qu Sean Ono es medio hermano mío Es un buen chaval y quiero que siga esa relación".

Si en lo musical no puede ocul tar el linaje, en lo material no es tan afortunado. "Apenas tengo cosas de mi padre, aparte de una gorra de cuero de los primeros tiempos. Mira, eso me duele: sus guitarras están encerradas en los armarios del edificio Dakota, y yo podría hacer uso de alguna de ellas". Después los encuentros con John fueron escasos. "Nos llevábamos bien. Un poco como esos parientes lejanos que te caen estupendamente, pero que no puedes decir que conozcas íntimamente".

Apenas tiene contactos con los miembros supervivientes del grupo de su padre. "Paul McCartney me quería mucho. Cuando lo del divorcio vino a casa y me cantó algo que había compuesto para animarme. Se llamaba Hey Julian y terminó publicándose como Hey Jude. ¿Grabar juntos? No, me cae demasiano cercano".

Evasivo y poco amante de responder a preguntas incómodas, Julian Lennon se revela como un muchacho tan opaco como desconfiado. No ha heredado el carácter abrasivo y provocador de su progenitor, tan dado a probar la paciencia de sus seguidores y de la sociedad en general. No acaba de creerse que los discos de los Beatles tuvieran problemas en la España franquista debido a su obsesión en connpararse con Jesucristo y a su famosa boda en Gibraltar. "Nadie me había contado eso".

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