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Un abogado del bufete de Garrigues y la familia de los duques de Alburquerque, entre las víctimas del asalto al Banesto

Uno de los abogados del despacho profesional de Antonio Garrigues Walker, presidente del Partido Reformista Democrático, y un miembro de la familia de los duques de Alburquerque son dos de los afectados por el robo de las 71 cajas de seguridad del Banesto de la plaza de, la Lealtad, en Madrid. Pese a que los asaltantes intentaron desconectar las alarmas, una funcionó y alertó a la policía de lo que estaba ocurriendo. Del desarrollo del atraco existe una filmación, que obra en poder de los investigadores.

Como en días anteriores, ninguna de las fuentes policiales, judiciales o bancarias consialtadas quiso facilitar ninguna pista sobre la identidad de las personas que tenían alquiladas las 71 cajas de seguridad robadas. No obstante, se pudo saber que entre ellas se encuentran Andrés Trujillo, un abogado del de.spacho profesional que Antonio Garrigues Walker tiene en el número 16 de la calle de Antonio Maura, a pocos metros de distancia de la entidad atracada. Fuentes del bufete se limitaron a manifestar que el despacho como tal no tiene caja de seguridad alquilada en el Banesto de la plaza de la Lealtad, aunque sí cuenta coririente.Un portavoz de la familia Garrigues añadió que ninguno de sus miembros tiene tampoco alquilada a título personal una caja de seguridad en dicha sucursal bancaria, aunque sí en otras. Las mismas fuentes calificaron de "insensatez" la noticia publicada ayer por un diario madrileño, según la cual el delito fue organizado para robar documentos, políticos de Antonio Garrigues Walker y Adolfo Suárez. Del mismo tono fue el comentario emitido por personas próximas al ex presidente, que añadieron que éste "ni como persona, ni como profesional, ni como político tiene una caja de seguridad en esa sucursal". El bufete de Suárez está en el número 4 de la calle Antonio Maura, pared con pared con la sucursal bancaria asaltada.

Sí tiene, en cambio, alquilada una caja de seguridad en esa entidad María Cristina Malcampo, de la familia de los duques de Alburquerque, que ya ha denunciado a la policía la desaparición de una parte importante de las joyas de esta familia aristocrática, tres veces grande de España. Otras víctimas del robo son José María Santo Tomás y María González Álvarez, que viven cerca de la plaza de la Lealtad.

Fuentes oficiales de la entidad manifestaron ayer que el local asaltado carecía de guarda jurado a tenor de la legislación vigente, que comprende esa posibilidad si existen sistemas electrónicos de seguridad. Dichas fuentes añadieron que la práctica totalidad de los clientes robados "han conectado con nosotros, salvo algunos que se encuentran fuera de Madrid". Sin embargo, el portavoz de la Jefatura Superior de Policía confirmó que hasta ahora la cifra de personas que han denunciado el robo es de 24, la misma que ya existía el miércoles. El citado portavoz descartó que se hubieran producido detenciones entre eiripleados del Banesto. Todos trabajaron ayer con normalidad, salvo el cajero, de vacaciones para recobrarse de la tensión de estos días.

Las actuaciones que se siguen continuan dependiendo del Juzgado de Instrucción número 4 de Madrid, después de que la Audiencia Nacional le devolviera ayerlos autos que aquél le había remitido por entender se trataba de un delito cometido por una banda armada.

"Chungo., chungo"

Tambiénayer se conocieron nuevos detalles sobre el suceso. Según testigos directos, los asaltantes trataron de inutilizar las cámaras que filman todo lo que ocurre en. el interior del banco.

Al parecer, no lo Consiguieron enteramente y en poder de los investigadores obra una filmación que muestra algunos momentos del asalto. Otro hecho hasta ahora desconocido es que, pese a que los atracadores intentaron impedirlo, funcionó una de las alarmas conectadas con la policía.

La policía tuvo conocimiento de que algo anormal ocurría en la entidad asaltada y se presentó en la misma apenas unos instantes después de la partida de los asaltantes. Ningún portavoz oficial de la policía ha querido comentar el hecho, pero otras fuentes no oficiales han explicado que es probable que se prescindiera de una llegada masiva y sonora de efectivos policiales para impedir que los asaltantes se encerraran en el banco con rehenes. Las personas presentes en la sucursal durante el atraco eran 34,22 empleados y 12 clientes.

Lo cierto es que los atracadores, que cubrían los rostros con apéndices capilares naturales o postizos, abandonaron el banco de repente porque la persona que, fuera y en un coche, controlaba con un scanner o barredor de ondas los movimientos policiales advirtió a los de dentro a través de un walkie-talkie de la existencia de peligro. "Chungo, chungo", fue la consigna que se transmitieron los asaltantes del interior para huir. En su precipitada fuga los delincuentes no se llevaron el dinero que existía en el Banesto, que desde el principio tenían controlado

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