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Washington teme que la 'infidelidad' de Nueva Zelanda cunda entre los demás aliados militares de EE UU

Francisco G. Basterra

Estados Unidos teme que el ejemplo de Nueva Zelanda, que se ha negado a recibir en sus puertos a barcos norteamericanos con armamento atómico, poniendo en peligro la alianza defensiva ANZUS en el sur del Pacífico, estimule a los movimientos pacifistas antinucleares en Japón y en Europa occidental. Washington ha reaccionado con gran severidad verbal contra el Gobierno neozelandés y ha amenazado con adoptar incluso represalias económicas con el objetivo de que esta respuesta sirva de aviso a otros países aliados de EE UU que quieran mantener tratados defensivos sin pagar los mínimos costes.

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La decisión del Gobierno laborista neozelandés, que preside David Lange, supone un golpe muy duro para el ANZUS, el tratado de defensa mutua que une a EE UU, Australia y Nueva Zelanda, firmado en 1951, en plena época de la doctrina Truman de contención global del comunismo. El rechazo de WeIlington de permitir la escala del destructor convencional USS Buchanan, porque Washington, por motivos de seguridad, se negaba a informar si llevaba o no armamento atómico a bordo, deja la alianza convertida en un mero acuerdo bilateral con Australia.La decisión neozelandesa ya está teniendo efectos en la vecina Australia, y el primer ministro australiano, el también laborista Bob Hawke, llegó en la tarde del martes a Washington, en visita oficial, con otra mala noticia para Reagan. Presionado por un sector de su partido y parte de la opinión pública, que comparten el deseo de desnuclearizar el sur del Pacífico, Hawke niega a Estados Unidos la utilización de los aeropuertos australianos como bases para controlar las pruebas del polémico misil intercontinental MX. El Departamento de Estado anunció ayer que, "por mutuo acuerdo" entre los dos países, no se utilizarán bases australianas para el seguimiento de dichas pruebas, que se realizarán, sin embargo, como estaba previsto, en el mar de Tasmania, entre Australia y Nueva Zelanda, a finales de este año o a principios de 1986.

Washington necesita, en los próximos meses, probar el alcance máximo de este cohete, armado con 10 cabezas nucleares, y considerado por la Administración de Reagan como una pieza clave del rearme necesario para negociar con la URSS. El MX será disparado desde una base estadounidense y llegará hasta algún punto del Pacífico sur, en las proximidades de Australia, desde cuyo espacio aéreo los aviones de EE UU controlarían el vuelo y el impacto.

Hawke, que no comparte el sentimiento antinorteamericano de parte del Partido Laborista, continuará, sin embargo, permitiendo el uso de los aeropuertos australianos a Estados Unidos para otras ocasiones.

Fuentes oficiales dijeron que Australia es uno de los mejores aliados de Washington y que el caso australiano no tiene nada que ver con el neozelandés. El ANZUS es un pacto de mutua defensa, que establece en su artículo 42 que EE UU defenderá a sus dos aliados si éstos son atacados. Si Nueva Zelanda abandonase de hecho el ANZUS, sería la primera vez que un aliado deja una alianza militar.

El Pentágono está muy sensibilizado con el "creciente poderío naval soviético" en el Pacífico, en cuyas aguas Moscú despliega más de 500 navíos de todo tipo. La Administración se negó a identificar a estos países a los que va dirigida la advertencia, pero fuentes oficiosas señalaron sobre todo a Japón, que oficialmente prohíbe la llegada de armas nucleares.

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