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La economía española creció un 4,7% en los últimos dos años y redujo en cinco puntos la inflación

"Los resultados económicos de 1984 han sido los mejores de los últimos años". El crecimiento en los dos últimos años ha sido de un 4,7% (prácticamente igual al de los cinco ejercicios precedentes), mientras que la inflación ha caído cinco puntos y la balanza de pagos ha evolucionado de un déficit de 4.000 millones de dólares en 1982 a un superávit de 2.000 millones de dólares. Este crecimiento, a pesar de la política de contención de precios, "refleja la flexibilidad y competitividad de la economía española", afirmó ayer Miguel Ángel Fernández Ordóñez, secretario de Estado de Economía y Planificación.En un acto de presentación del boletín mensual de coyuntura Nota Económica, que vuelve a reaparecer editado por la Dirección General de Previsión y Coyuntura, Miguel Ángel Fernández Ordóñez indicó que el balance económico de 1984, según los datos que se poseen, había sido muy positivo. "Lo único que nos preocupa en estos momentos es el déficit. El mercado de trabajo ha continuado deteriorándose, pero los últimos datos muestran una evolución más favorable, y si continúa la recuperación económica y funcionan las nuevas medidas de contratación deben empezar a generarse este año puestos de trabajo".

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Balance

Anselmo Calleja, director general de Previsión y Coyuntura, que hizo gala de un optimismo desmesurado ("nuestra balanza comercial con Francia no es sólo muy positiva, sino que además nuestra economía crece más deprisa que la suya", y "nuestros empresarios se están pareciendo a los japoneses"), explicó las últimas estimaciones sobre el pasado ejercicio: 2,5% de crecimiento del producto interior bruto (tres puntos corresponden al sector exterior y medio punto negativo a la demanda interna); el consumo público aumentó de 2,5% a 3%; el consumo privado cayó de 0,5% a un l%; y la inversión fija desciende un punto. Las inversiones en bienes de equipo aumentaron entre un 1% y un 2%; las de construcción cayeron entre un 4% y un 5%; y las relativas a variaciones en almacenamientos entre un menos 0'5% y un menos 0,4%.

Por sectores, Anselmo Calleja dijo que en términos de valor añadido la agricultura había aportado unos nueve puntos al crecimiento, un porcentaje similar la industria, algo más del 2,5 los servicios; y en valores negativos, entre un 4,5 y un 5 la construcción.

Fernández Ordóñez, por su parte, indicó que 1984 puede ser el primer año en que las empresas públicas disminuyan sus pérdidas en valores absolutos; y que los excedentes de explotación alcanzarán los dos billones de pesetas.

Sector exterior

Insistió en el buen comportamiento del sector exterior: "Las exportaciones han crecido en media anual un 33,3%. en pesetas corrientes y un 18,5% en volumen, y nuestros mercados exteriores se han incrementado entre un 6% y un 7%". Para las importaciones, los datos para el conjunto del año registran tasas de variación respecto a 1983 del 10,9% en pesetas corrientes y del 0,9% en volumen.

Tras estos promedios existe una evolución muy diferente entre unos y otros productos: las importaciones energéticas cayeron un 2,9% en volumen, mientras que las no energéticas crecieron un 3,3%. Fernández Ordóñez dijo que en el último trimestre se habían acelerado hasta un 8% estas importaciones de productos no energéticos, lo que a su juicio constituye un indicio más de una cierta reactivación.

El secretario de Estado reconoció los efectos positivos que estaban teniendo sobre la economía española los descensos del precio del petróleo, que pueden quedar compensados por el incremento de paridad del dólar. Dijo que una rebaja de un dólar en el precio del barril de crudo supone un ahorro para España de 35.000 millones de pesetas, pero que por cada peseta que aumenta el precio del dólar se incrementa en 5.000 millones de pesetas la factura energética.

El crecimiento del índice precios al consumo se ha reducido desde el 12,2% con que terminó 1983, hasta el 9% alcanzado a finales de diciembre. Tales ritmos han hecho posible que el diferencial de inflación respecto a la CEE se redujera desde los 4,1 puntos en diciembre de 1983 hasta los 2,7 puntos en diciembre de 1984. Esta reducción resulta más notable si se compara con el conjunto de la OCDE (el diferencial de inflación ha pasado de 6,8 a 3,8 puntos).

La débil situación del consumo privado en la mayor parte del pasado año encontraría una explicación razonable, según el citado documento, en base a las caídas experimentadas tanto en el salario real por persona, como en el empleo asalariado.

El secretario de Estado insistió en señalar al déficit como la mayor preocupación de la Administración en estos momentos. "El problema es el déficit, y no su financiación. Hay que reducir el gasto público y ello se logrará mediante el saneamiento de las empresas públicas y con la reforma de la Seguridad Social".

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