El realizador VIado Kristl afirma que los traidores secuestran el cine

VIado Kristl, realizador yugoslavo afincado en la República Federal de Alemania desde 1962, se presenta en Barcelona en un cielo que sobre el cine alemán se celebra estos días en la Filmoteca de la Generalitat. Kristl afirma que "no se pueden hacer películas porque los traidores han secuestrado el cine" y destaca dos etapas en su vida: antes y después de la II Guerra Mundial. Durante la primera, iba al cine y se creía capaz de interesar a otros con el suyo propio. Luego, su filosofía se ha radicafizado hasta el punto de que puede afirmar que "el mejor filme es aquel que nadie consigue ver -léase aguantar- por su intransigencia".A su llegada a Barcelona, VIado Kristl ha declarado que lo que más le ha sorprendido e indignado es la publicidad que rodea al filme Un amor de Swann, de Vicktor Schlondorf, un alemán "que no hace cine sino que comercia con películas, un pequeño traidor que recibía premios del Gobierno español franquista y que con sus éxitos consigue reducir a la nada a aquellos que sí hacemos cine de verdad, y deshace el trabajo de las jóvenes generaciones".

"Ellos", sigue VIado Kristl, "producen espectadores; nosotros, que preconizamos La muerte del espectador -es el título de su última cinta-, no interesamos".

Poeta y dibujante, además de cineasta, Kristl analiza grosso modo la historia de la cultura alemana, desde la II Guerra Mundial hasta los años sesenta, como una relación en la que no hay ningún enfrentamiento entre creación y "los problemas" -así, como genérico- de la humanidad en lo que respecta a los terrenos de la literatura y del arte. Aunque sí, según afirma, se produjo enfrentamientos en el cine y "es por esta razón por la que pudo hablarse de movimiento del cine alemán de los años sesenta".