Los europeos empiezan a recobrar el pulso tras la ola de frío
Cientos de muertos y miles de heridos por accidentes de tráfico, explosiones de gas o simplemente por congelación, así como cuantiosas pérdidas materiales por horas de trabajo perdidas y desperfectos de todo tipo, es el resultado de la doble ola de frío que ha sacudido Europa de Norte a Sur y de Este a Oeste desde primeros de año. La meteorología se ha convertido durante dos semanas en la información más importante para millones de europeos. Los 14 grados bajo cero de París, 10 grados bajo cero de Roma e incluso los 4 grados bajo cero de Londres son temperaturas que hacía muchos años que no se padecían en estas ciudades y que han pillado desprevenidos a ciudadanos y autoridades. Ahora que los europeos vuelven a entrar tímidamente en calor se teme sobre todo la posibilidad de que el deshielo provoque crecidas e inundaciones.
Ni las estaciones de metro, abiertas durante toda la noche, ni las iglesias, acondicionadas para acoger a los vagabundos, han logrado impedir que 130 personas hayan muerto en Francia, directa o indirectamente, a causa del frío, según informa Soledad Gallego-Díaz desde París.En las montañas del Jura, 40 grados bajo cero; en París, 14 grados bajo cero. Incluso Biarritz ha tiritado bajo la nieve y el hielo, con tres grados bajo cero y pocas instalaciones para hacer frente al temporal. Los centros meteorológicos confirman que, desde 1956, Francia no había conocido un tiempo tan severo y prolongado.
Nueve mil de los 28.000 kilómetros de carreteras francesas continúan intransitables para los camiones pesados, que han quedado abandonados en las cunetas mientras los conductores eran evacuados a pueblos cercanos.
El frío ha cogido desprevenido a todo el mundo, y aunque la movilización ha sido general (en menos de una semana se organizaron en París centros de acogida para más de 8.000 personas), ha resultado evidente que en las grandes ciudades no hay recursos para hacer frente a temporales tan duros. Los bomberos no dan abasto para quitar los carámbanos de las fachadas, y miles de ancianos y pensionistas pobres pasan los días con el abrigo y la bufanda en casa.
El Reino Unido, tradicionalmente visitado por la lluvia y no por la nieve, ha sido calificado popularmente este invierno como la Siberia de Europa occidentaL Los condados del Sur y del Sureste, donde se encuentra situado Londres, han sido los más afectados por la ola de frío, considerada "la peor en 20 años". La temperatura en Londres descendió a cuatro grados bajo cero el pasado miércoles, la marca más baja registrada desde 1963, cuando se midieron seis grados bajo cero, informa Carlos Mendo.
El frío ha causado infinidad de roturas de cañerías de gas, que han producido varios accidentes; el peor de ellos, en Ptitney Hill, al suroeste de Londres, cuando una explosión demolió un bloque de seis apartamentos, con un balance de ocho muertos y tres heridos. Otros cuatro heridos se registraron el jueves en otra explosión producida por un escape de gas en Mitcham, también en Londres. La psicosis de los escapes de gas se ha apoderado de la población, y la popular zona de Picadilly Circus, visitada todos los años por millones de turistas, fue cerrada completamente al tráfico el domingo día 13 al recibirse una denuncia de un posible escape de gas. Todos los edificios de las calles circundantes -Regent Street, Shaftesbury Avenue y Leicester Square fueron evacuados.
Menos crímenes
Curiosamente, la tasa de criminalidad descendió en esos días, según Scotland Yard. Los ladrones también tienen frío y no se atreven a que la policía descubra sus huellas en la nieve.Italia está viviendo un invierno polar, para el que no está ni acostumbrada ni preparada. Desde el Norte hasta el profundo Sur, el país ha estado paralizado, según informa Juan Arias desde Roma. Ni los más ancianos recuerdan tanta nieve y tanto hielo. La temperatura ha sido la más baja del siglo. El termómetro en algunas ciudades ha descendido hasta 30 grados bajo cero. Florencia ha visto asombrada, bajar el mercurio en la ciudad a 23 grados bajo cero. Y por primera vez, en Roma ha habido 10 grados bajo cero. Son siete las regiones que han pedido que se les declare zona catastrófica. Ha habido miles de heridos y docenas de muertos. En la higuna de Venecia hay 10.000 hectáreas de agua hecha hielo.
El presidente del Gobierno, Bettino Craxi, que tenía que viajar de Milán a Roma para entrevistarse con el embajador soviético, tuvo un viaje ajetreado: muerto de frío, se vio obligado a bajarse de un tren e irse a casa de un familiar en un pueblecito próximo a Roma hasta que la policía consiguió traerle a la capital.
Pero en Italia la nieve y el hielo se han teñido del color de la política porque en mayo habrá elecciones administrativas, y en los Ayuntamientos ha habido batallas campales para hacer recaer sobre un partido u otro las responsabilidades de lo que no ha funcionado. Por eso, la escritora Natalia Aspesi ha escrito con ironía que allí "el mal tiempo ha sido también de derechas y de izquierdas".
El agua bendita de la catedral de Colonia llegó a congelarse y los músicos de la compañía de honores de la cancillería federal en Bonn no pudieron el viernes interpretar los himnos nacionales con ocasión de la visita de la primera ministra británica, Margaret Thatcher, porque los instrumentos de viento no funcionaban, según informa José Comas.
La ola de frío ha tenido en la República Federal de Alemania consecuencias más graves: terribles accidentes en las autopistas y, por primera vez en la historia, alarma por niebla tóxica del nivel 3, que obligó a cerrar escuelas y a suspender el tráfico de vehículos particulares en algunas ciudades.
Los comercios que venden trineos para los niños hicieron su agosto este mes de enero. Los almacenes Kaufhof, de Colonia, vendieron 10.000 trineos desde el comienzo del año, y Hertie, en Munich, 1.000 en un solo día. Los niños alemanes se lanzaron sobre los lagos y ríos helados. En el lago Constanza, las velas de surf arrastraban esta vez esquís, en vez de la tabla que normalmente se desliza sobre el agua. Sobre el Elba, en Hamburgo, se instalaron los vendedores de salchichas y vino hervido para calentar a los patinadores y paseantes. Los periódicos anunciaban días atrás que "en Colonia hace más frío que en Moscú".
Nueva era glacial
En las páginas de los periódicos alemanes, un catedrático especulaba sobre la inminencia de una nueva era glacial y pronosticaba que en el futuro los veranos serán de 10 grados de temperatura. Según el profesor, la era glacial no avanzó todavía más debido a la contaminación de la atmósfera, que, con una capa de aire caliente contaminado, impide la penetración de la glaciación.Susane, de 23 años, que ofrece los servicios de su cuerpo en un remolque de camping, entre las ciudades de Essen y Botropp, se quéjaba de que "con el frío se hielan hasta las ganas de mis clientes". Aquel día sólo dos se le acercaron.
En la Unión Soviética, donde el frío es habitual todos los inviernos en la mayor parte del territorio, la temporada 1984-1985 está siendo "rigurosa", pero no constituye un caso excepcional, según opinan los expertos meteorológicos. La caída de grandes cantidades de nieve y los trastornos y problemas causados por el frío en zonas habitualmente más templadas, como Asia central, son los rasgos característicos de este invierno, que tanto los especialistas, como la sabiduría popular preveían extraordinariamente frío.
Una parte de los gasoductos que van desde Asía central hasta Afganistán se ha reventado a causa del frío, informa Pilar Bonet desde Moscú. Uzbekistán, una de las Repúblicas más cálidas de la URSS, ha registrado 35 grados bajo cero, y ciudades como Tashkent y Gazli han tenido problemas de calefacción al no estar preparadas para un frío prolongado. En Tashkent se interrumpió el suministro de agua caliente, la calefacción y el tráfico rodado.
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