Emigrantes por la vasectomía
La esterilización masculina ha dejado de ser un tabú en Bañeres, un pueblo de la provincia de Alicante de casi 7.000 habitantes y fundamentalmente industrial. Desde el pasado mes de octubre, una treintena de varones ha decidido efectuarse la vasectomía para resolver sus problemas de planificación familiar. De ellos, 17 han peregrinado hasta la clínica del doctor Pastor Alonso, en El Ferrol, utilizando coches particulares y autobuses. Los otros, animados por los resultados de El Ferrol, han acudido a médicos de la región, especialmente de Valencia y de Alicante. En el pueblo no se comenta otro tema y ya otros varones están preparando una nueva expedición a la localidad gallega para ser esterilizados.
José Silvestre, un modesto peluquero de 33 años, padre de dos hijos, ha sido el pionero y dinamizador de este grupo de bañerenses que ha seguido sus pasos, convencido de que la vasectomía era el mejor método para acabar con la preocupación de tener más hijos que no se deseaban.Todo empezó a principios de octubre, cuando José Silvestre escuchó en un programa de radio una explicación sobre este sistema de esterilización masculina Desde hacía unos meses, cuando nació su segundo hijo, José y su mujer habían decidido estudiar un sistema para no tener más hijos, sin encontrar ninguno que les convenciese.
Autobuses organizados
El programa de radio fue providencial para él, y consiguió contactar en Madrid con Julio Figuero, divulgador de las actividades del doctor Pastor Alonso que ahora coordina expediciones de varones de toda España que quieren ser operados en El Ferrol y les proporciona autobuses y hotel. El pasado 21 de diciembre partieron desde Madrid tres autobuses de unas 60 plazas con destino a la clínica del doctor Pastor Alonso ubicada en la barriada de San Valentín de El Ferrol.
José Silvestre aseguró a este periódico que en estas pasadas vacaciones de Navidad, más de 500 personas han acudido desde toda España a El Ferrol a practicarse una vasectomía.
La mujer del peluquero, María José, no toleraba la píldora, que le hace perder apetito sexual. Ningún otro sistema de control de natalidad les convencía, y una posible operación de ligadura de trompas quedaba fuera del alcance de su economía.
En esa misma situación estaban otros amigos y clientes de la peluquería de José Silvestre. Por ello no dudaron en preparar una primera expedición hacia El Ferrol el 20 de octubre pasado. El último en incorporarse a esta expedición fue Luis Martín, un tra bajador textil de 30 años a quien acababa de nacerle su segunda hija, Carolina, y a los ocho días de aumentar la familia tomó la decisión de practicarse una vasectomía, de acuerdo con su mujer.
Los otros tres miembros de esta primera expedición eran chóferes, dos de los cuales tenían tres hijos, y el otro, dos.
Cubrieron la distancia de más de 1.000 kilómetros entre este pueblo de la comarca de Alcoy y El Ferrol en 12 horas. La operación duró sólo 15 minutos, y media hora la charla previa del doctor Pastor Alonso.
Pagaron 3.000 pesetas por los gastos de material utilizados en la operación, y el viaje les costó a cada uno alrededor de 7.000 pesetas.
Cuando llegaron a Bañeres, las opiniones del vecindario estaban divididas. Desde quien gastaba bromas de mal gusto, señalando que ya no serían hombres o que se quedarían impotentes, a quienes querían información sobre su viaje. La peluquería se convirtió en una oficina propagandística. El resultado fue que dos meses más tarde una expedición de 12 varones de Bañeres decidía hacerse la vasectomía en El Ferrol.
Cesan las bromas
Todos son trabajadores de condición económica modesta, entre 30 y 35 años de edad y con dos o tres hijos por término medio. Las bromas en el pueblo han cesado. "La gente, a medida que va disponiendo de información, se da cuenta de que no es una tontería lo que hemos hecho", asegura José Silvestre. Otros varones operados en El Ferrol nos han confirmado que en todos los casos son absolutamente satisfactorias las relacíones seÑuales con sus cónyuges.
No obstante, algunos vecinos siguen murmurando sobre su actitud, y ellos insisten en que hace falta más información y crear centros de salud donde se atienda a las parejas jóvenes con estos problemas. "Sabemos que personas de posición social más alta en el pueblo también se han operado en clínicas particulares de la región, pero callan porque creen que eso es contraproducente para su reputación", afirman los dos interlocutores, "pero nosotros pensamos que es mejor decir las cosas como son y demostrar públicamente nuestra satisfacción por habernos puesto en manos del doctor Pastor Alonso, que es una gran persona".
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