Ultimátum de la CGT argentina al Gobierno de Raúl Alfonsín
La poderosa Confederación General de Trabajadores (CGT) argentina emplazó ayer al presidente Raúl Alfonsín para que dé "solución parcial" inmediata al problema del creciente desempleo, la recuperación de los salarios, la devolución de las obras sociales a los sindicatos y la derogación de todas las leyes laborales impuestas por la dictadura que aún continúan vigentes, además de reclamar también su participación en el debate sobre la futura Ley de Entidades Financieras.Los dirigentes de la CGT permanecían reunidos ayer por la tarde, después de que el consejo directivo en pleno se entrevistara por la mañana con el presidente del Gobierno. Saúl Ubaldini, uno de los cuatro secretarios generales de la central sindical, se negó a contestar las preguntas de los periodistas que le aguardaban hasta que no se hiciera público el comunicado que se preparaba en ese momento.
La intervención directa de Raúl Alfonsín y su decisión de redactar personalmente las bases del acuerdo para la "concertación" que el Gobierno propuso a empresarios y obreros, impidió la ruptura de la negociación. La CGT se había retirado el martes pasado de la llamada "mesa chica" que presiden los ministros del Interior y de Economía. Del encuentro de ayer en privado con el presidente y de su respuesta hoy, cuando Alfonsín presídala reunión de la "mesa grande", con dirigentes de todos los sectores empresarios y sociales, dependerá que la CGT aplique o no su "plan de movilización y lucha" que culminaría seguramente a fines de marzo con la convocatoria de una huelga general.
Ante de los miembros de consejo directivo de la central obrera, el presidente dio orden a Hugo Barrionuevo, su ministro de Trabajo, para que se establezca un mecanismo de discusión directa de los salarios con los empresarios y la CGT y resolvió decidir personalmente el porcentaje de aumentos que regirá para el primer trimestre del año. Bernardo Grinspun, ministro de Economía, había estimado en un 11 % el aumento de salarios, de acuerdo con los compromisos que el Gobierno argentino contrajo con el Fondo Monetario Internacional. El presidente, seguramente elevará ese porcentaje hasta un 15%.
La tensión política se agravó aún más cuando el Gobierno dio a conocer, al mismo tiempo que el presidente recibía a los secretarios generales de la CGT, los índices oficiales de la inflación. El costo de vida aumentó en un 19.7% sólo en el mes de diciembre y en 1984 la inflación fue del 688%. El incremento anual de los precios es el más alto de toda la historia argentina y los índices de diciembre revelan que no dio resultado la severa aplicación del plan antiinflacionario y la consiguiente recesión iniciada a partir de septiembre.
Inflación más que galopante
Proyectado hacia este año, el costo de vida en Argentina ascendería al 765% anual. En tres meses, de septiembre a diciembre del año pasado, Argentina ha absorbido ya una gran parte de porcentaje de inflación pactado con el Fondo Monetario Internacional cuando renegoció su deuda externa y que era del 300%. Para cumplir con esa obligación, la inflación durante 1985 no debería superar el 206% y en los nueve primeros meses del año los precios no tendrían que subir más del 10,40% mensual, lo que de acuerdo con la inflación calculada sólo para enero, ya es un objetivo inalcanzable.Para superar el estancamiento y tras anunciar que éste sería un año "muy duro", el Gobierno dio a conocer el martes un plan económico para corto y mediano plazo, en el que se propone un aumento del producto interior bruto de un 4% entre 1986 y 1989. El plan pone el acento en el crecimiento de las exportaciones y de la inversión en los sectores agropecuarios, agroindustriales y en la extracción de hidrocarburos, pero no hace referencia al aumento del consumo interno y aclara que durante 1985 no se contemplarán mejoras en el salario real de los trabajadores.
El plan del Gobierno, contenido en una carpeta de 200 fólios, fue cuestionado por los empresarios "porque no especifica las medidas a tomar para lograr las metas que menciona, y por los representantes de los trabajadores que insisten en que "se sigue utilizando el salario como variable de ajuste de la economía".
Por otra parte, la CGT reclamó al Gobierno medidas concretas para derrotar a la llamada "patría financiera" y denunciar los acuerdos con el FMI.
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