Las Jornadas Aeroespaciales ponen de relieve la debilidad y falta de coordinación de este sector en España

Las características insatisfactorias de la participación española en la Agencia Espacial Europea (AEE) fueron el tema principal de discusión durante la primera sesión de las Jornadas Aeroespaciales, que comenzaron ayer en Madrid. A las jornadas, organizadas por el Instituto de Estudios de Transportes y Comunicaciones, asiste cerca de un centenar de representantes de los sectores privado y público. En las jornadas se pretende establecer las bases para la toma de decisiones en este campo, tanto en el aspecto científico como en el industrial. Entre estas decisiones está la de que España construya o no un satélite de comunicaciones.

Las jornadas han sido organizadas con cierta precipitación, debida, según la impresión recogida entre asistentes y organizadores, tanto a que el sector se encuentra en plena efervescencia como a la proximidad de la reunión de ministros de los países miembros de la AEE, que se celebrará en Roma los días 30 y 31 de enero. Esta reunión, en la que se deben decidir los programas que emprenderá la agencia en los próximos 20 años, ha provocado ya reticencias y tensiones políticas que han impedido, por ejemplo, que se dictara una de las ponencias previstas en las jornadas, en tomo a las propuestas concretas que se presentarán a los ministros de los 12 países miembros.España, país miembro desde su fundación de la AEE, estará representada por el ministro de Defensa, Narcís Serra, debido a la ubicación administrativa de la delegación española en la AEE. La agencia tiene un carácter estrictamente civil, ya que sus estatutos limitan su actividad a la utilización del espacio para fines pacíficos.

En este contexto, y dentro dela descoordinación administrativa existente en el sector aeroespacial, reconocida de forma general, el Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones ha tomado la iniciativa de realizar estas jornadas. Su titular, Enrique Barón, anunció ayer en la inauguración la creación en el seno del ministerio de una comisión de telecomunicaciones espaciales que ha iniciado el estudio de viabilidad de un satélite español de telecomunicaciones de uso múltiple.

Anteriormente, Radiotelevisión Española encargó un estudio sobre un posible satélite de televisión directa, y también está en estudio un satélite experimental latinoamericano con motivo del quinto centenario del descubrimiento de América, sin que hasta ahora se haya producido ninguna decisión.

Barón señaló que España, como miembro de la AEE, debe reestructurar su participación en ella para "obtener los frutos que objetivamente cabe esperar de su participación". El diputado socialista Manuel Abejón se mostró partidario de replantear la ubicación administrativa tanto de la Comisión Nacional de Investigación del Espacio (CONIE) como del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), a través de los cuales se produce la participación en la agencia, y que están adscritos al Ministerio de Defensa.

El beneficio obtenido por España en forma de retorno tecnológico, científico e industrial ha ido disminuyendo en los últimos años, según se puso repetidamente de relieve ayer. El retorno industrial (porcentaje de contratos obtenidos por empresas españolas, que debe igualar el porcentaje que supone la aportación española en forma de cuota de participación en la agencia) está en el 0,8%. La cuota que España ha pagado a la AEE en 1984 ha sobrepasado los 3.000 millones de pesetas.

Poco peso político

Esta participación es demasiado baja para que España tenga peso político en la AEE, afirmó ayer Florencio Ornia, director general de Innovación Industrial y Tecnología, quien criticó también la forma en que se ha producido hasta el momento la participación española. Señaló que muy pocas empresas han participado en contratos, y se mostró partidario de aumentar la cuota española, si es la forma de obtener también una rentabilidad mucho mayor. Ornia afirmó que se trata de un sector clave y que uno de los objetivos a lograr sería traer a España alguna sede de los grandes programas de la AEE.Miembros de la delegación actual española en la agencia justificaron la actuación de España en la AEE en los últimos años, aludiendo tanto a la falta de fondos y de decisión política para introducirse en el sector aeroespacial como a la propia estructura de la agencia. Otros asistentes pusieron en duda, sin embargo, los criterios técnicos que se han seguido para decidir la participación española en cada proyecto.