El aumento de precios agrarios, muy por debajo de la inflación

Los precios de garantía de los productos agrarios sujetos a regulación de campaña tendrán una subida media bastante inferior a la tasa de inflación esperada para 1985, con fuertes oscilaciones entre unos y otros productos, y la Administración volverá a poner el énfasis en el control de los inputs (costes de fuera del sector) necesarios para la producción.Las conversaciones entre la Administración y las organizaciones profesionales de agricultores y ganaderos para la fijación de los precios de los productos agrarios sujetos a regulación de campaña, que comenzaron ayer en sesiones plenarias, continuarán mañana y en los primeros días de la semana próxima.

El objetivo del Ministerio de Agricultura es cerrar las conversaciones lo más pronto posible de cara a que los agricultores y ganaderos puedan tomar sus decisiones con todos los elementos de base en su mano. Por un lado, conocerán cuáles serán los precios de garantía a los que el Estado se compromete a adquirir las producciones que se le ofrezcan. Por otro, y desde hace dos años, la Administración ha establecido una única subida anual de precios en productos y servicios necesarios para la producción agraria; subida que se conoce prácticamente en el mismo momento en que se establecen los precios de regulación.

Ordenar las producciones

Los precios de garantía tendrán una subida media varios puntos por debajo de la tasa de inflación prevista pero estos precios vienen jugando un papel bastante secundario en la misma medida en que los productos agrarios se colocan directamente en el mercado sin contar con el Estado como intermediario salvo en casos concretos.En la campaña actual los precios reales de mercado de los productos regulados ha sido superior a los precios de garantía establecidos en enero de 1984.

Para la próxima campaña, y dentro de los objetivos de producciones a medio plazo que tiene establecido el Ministerio de Agricultura, lo lógico es que los productos que presentan cantidades importantes de excedentes tengan una subida en el precio de garantía mínima, cuando no nula, de cara a que los agricultores vayan reconvirtiéndose hacia las producciones consideradas prioritarias; los precios de los cereales y los cereales pienso podrían subir en torno a la inflación prevista, mientras que otros productos como la remolacha y la leche tendrían unas subidas inferiores a la de la media acordada para el conjunto.

La Administración, durante los dos últimos años, ha practicado una política de contención de los costes de fuera del sector que tienen repercusiones directas sobre la producción agraria. Los inputs energéticos -gasóleo, electricidad y fertilizantes-, que suponen aproximadamente un tercio de los costes totales de producción se establecieron para 1984 en el 11 %, con una claúsula de garantía de un punto y medio. Para la próxima campaña los primeros cálculos se establecen sobre una subida en torno a la inflación esperada, el 7%. Porcentaje similar al que se establecerá para el input ganadero, establecido sobre el coste de engorde final del cerdo.

Las conversaciones sobre los precios de garantía, discurren en opinión de la Administración, sin tensiones y ello permite pensar que las organizaciones profesionales pueden decidir integrarse en fecha próxima en las comisiones de seguimiento de los programas a medio plazo establecidos por el Ministerio de Agricultura.