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Ustinov será enterrado hoy con todos los honores junto a la muralla del Kremlim

Pilar Bonet

El cadáver del mariscal Dimitri Ustinov, que fue ministro de Defensa de la URSS, será enterrado hoy con todos los honores en el recinto del Kremlin, en el transcurso de una solemne ceremonia en la plaza Roja de Moscú. El cadáver, expuesto en la Casa de los Sindicatos, seguía siendo visitado ayer por miles de personas. Ustinov, que falleció el pasado jueves a la edad de 76 años, tras dos meses de enfermedad, será enterrado junto a la muralla del Kremlin, un destino privilegiado que en los últimos años correspondió al ideólogo Mijail Suslov, al líder Leónidas Breznev y a su sucesor, Yuri Andropov.

La ceremonia será retransmitida en directo por la televisión soviética. Se espera la presencia de los máximos dirigentes del país, alguno de los cuales pronunciará probablemente un discurso de despedida laudatorio para el fallecido.En las exequias de Andropov, esta función correspondió precisamente a Dimitri Ustinov y al ministro de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko. Los trámites para asistir a este funeral, en el caso de la Prensa extranjera acreditada en Moscú, son menores de los que se establecieron para el entierro de Andropov.

La designación del nuevo ministro de Defensa, Sergei Sokolov, de 73 años, se ha realizado con gran celeridad, lo que hace pensar a algunos que el tema podría haber sido decidido durante la enfermedad de Ustinov. Sokolov, entonces primer viceministro de Defensa, recibió, en sustitución de Ustinov, a algunas delegaciones oficiales y reemplazó a su superior en la plaza Roja durante el desfile conmemorativo de las fiestas de la Revolución de Octubre. Sin embargo, fue Sergei Ajromelev, otro de los tres primeros viceministros, quien acudió a la reunión de ministros del Pacto de Varsovia que tuvo lugar en Budapest a principios de diciembre.

'Opción tranquilizadora'

Sokolov, el más anciano de los tres primeros viceministros en el momento de su designación, es, según un historiador soviético, un "buen militar profesional, competente, aunque no excesivamente brillante, y conocedor de todos los despachos del Ministerio de Defensa" desde que fuera nombrado primer viceministro en 1967, el mismo año en que el mariscal Grechko fue designado ministro de Defensa en sustitución del fallecido Malinovski.

Para el historiador consultado, Sokolov supone una "opción tranquilizadora" para los máximos dirigentes de la URSS, ya que es "un hombre sin ambiciones políticas y en el que se puede confiar".

Entre las incógnitas que se abren ahora está el saber si Sokolov, que es miembro del Comité Central del PCUS, será ascendido a miembro del Politburó, organismo en el que su antecesor era una de las personalidades más fuertes.

Leyendo uno de sus últimos artículos publicado en el órgano del Ejército, Estrella Roja, resulta difícil aprehender en el lenguaje de Sokolov algún rasgo de carácter propio más allá de las formas habituales en el lenguaje militar soviético.

En un artículo titulado En defensa de las. conquistas del socialismo, Sokolov acusaba en agosto pasado a la Administración norteamericana de estar "obsesionada" por romper el equilibrio militar existente. Señalaba que la "perfidia de las fuerzas de la reacción y militarismo" obliga a la URSS a "mantener una vigilancia incansable ante las artimañas de los enemigos de la paz" y una "alta preparación militar".

En lo que podría interpretarse como una alusión al presidente norteamericano, Ronald Reagan, Sokolov decía también que todos los intentos de declarar a la URSS fuera de la ley han fracasado en la historia, por lo que se deberían extraer consecuencias de ello.

La Prensa de ayer publicaba numerosos mensajes de, condolencia por la muerte de Ustinov. Los internacionales incluían a los países del Pacto de Varsovia. Entre los mensajes del propio país estaban los de las diferentes Repúblicas soviéticas, diferentes cuerpos del Ejército y del Comité de Seguridad del Estado (KGB). Sokolov y sus dos primeros viceministros, Víctor Kulikov y Sergei Ajromeiev, participaron ayer en una reunión donde se guardó un minuto de silencio por el fallecido. La foto del nuevo ministro era publicada en la portada de Estrella Roja, pero no en la de Pravda.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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