Craxi no ahorra elogios al hacer el balance de su gestión en 1984
Bettino Craxi celebró ayer la tradicional conferencia de prensa con que suele despedir el año el presidente del Gobierno italiano. La intervención de Craxi, transmitida por televisión a todo el país, sirvió para que el dirigente socialista pasara revista el estado de la nación, que consideró como muy bueno.Craxi hizo derroche del aplomo y del optimismo que lo caracterizan: afirmó que, como en la película de Fellini, "e la nave va" (y la nave va). Hasta va "muy bien" desde que él llegó a la presidencia del Gobierno, en el verano de 1983. Para demostrarlo recurrió a cifras y hechos. Craxi recordó que la inflación ha disminuido en Italia a un ritmo doble que el de otros países europeos y que a lo largo del año ha bajado un 7%.
El primer ministro manifestó que, con él, el déficit público se había limitado a un 5% y que tras un período de crecimiento cero de la economía ahora Italia posee el índice de aumento de la producción mayor del mundo industrializado después de Estados Unidos y Japón.
Ha disminuido también, según dijo Craxi, el número de homicidios y de atracos, así como el de secuestros de personas, que han pasado de 39 en 1982 a 18 en el último año. Además, la policía ha lo grado detener al 70% de los secuestradores. Aunque, desgraciadamente, dijo Craxi, ha aumenta do sensiblemente el número de víctimas mortales de la droga, todas jóvenes. También se apunta el Gobierno de Craxi un período de escasa conflictividad social: la más baja de los últimos 20, años con la correspondiente disminución del número de huelgas.
Al responder a las preguntas y provocaciones de los periodistas, Craxi también fue decidido. Al que le preguntó qué ocurriría si los comunistas votan a favor de la ley fiscal de Bruno Visentini (con la que se pretende acabar con el fraude fiscal de comerciantes y profesionales) y fuerzas del Gobierno la rechazaran respondió: "Lo importante no es que el gato sea blanco o rojo, sino que consiga cazar el ratón".
Un plan fantasioso
Con respecto a la marejada que existe en el seno del Gobierno y al malestar manifiesto de los socialdemócratas, dijo: "Si la nave encallara, pararemos para estudiar qué se hace; pero si la nave avanza y algunos de sus mandos no quieren seguir conduciéndola, les pediremos que se bajen en el primer puerto". Craxi calificó de fantasía la hipótesis apuntada ayer en el diario La Repubblica por Baget-Bozzo, quien dice que existe un pacto entre la Democracia Cristiana y el Partido Socialista para llevar a Craxi a la presidencia de la República y a Ciriaco de Mita a la presidencia del Gobierno para poder así realizar una importante reforma constitucional. Craxi negó rotundamente que puje por sustituir a Sandro Pertini y rechazó la existencia de pactos subterráneos con el democristiano De Mita.Por fin, afirmó categóricamente que lo más importante para Italia es la estabilidad política, y que ésta no se puede lograr sin estabilidad en el Gobierno. Craxi recordó que él había prometido para su Gabinete tres años de continuidad. Se encuentra a mitad de camino y desde luego, como apareció ayer, muy decidido a ser fiel a sus promesas.
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