La última obra del pensador Raymond Aron abre la colección Espasa Mañana

El libro Los últimos años del siglo, última obra del pensador francés Raymond Aron, fallecido en octubre del pasado año, abre la colección Espasa Mañana, con la que la editorial Espasa-Calpe pretende conjuntar su aire clásico con la preocupación por el pensamiento moderno y del futuro, según aseguró el presidente de la empresa, el ex ministro Ignacio Bayón.

La colección incluye en su primera entrega, junto con el título de Aron, los libros El poder y la conciencia, de Olegario González de Cardedal, que fue premio Espasa de ensayo este año, y Palabra dada, del antropológo francés Claude Lévi-Strauss.La colección se presentó en un acto en el que estuvieron presentes el director de la Real Academia Española, Pedro Laín, el escritor Juan Cucto y el político Miquel Roca, inspirador del Partido Reformista.

Para cumplir sus objetivos, la editorial española plantea ante el público estas tres obras: la reflexión política de Raymond Aron en un libro que Roca calificó como gran aportación al análisis del sistema occidental y en el que el pensador francés se muestra igualmente crítico de la gestión del presidente norteamericano Jimmy Carter, como de la política exterior de su sucesor, Ronald Reagan; un ensayo teológico, comprometido, como dijo Laín, del profesor Olegario González de Cardedal, y un importante trabajo de Lévi Strauss, cuya labor intelectual fue analizada por Cueto.

En la presentación del volumen de González de Cardedal, Laín quiso huir del tono académico habitual en las presentaciones de libros, apuntó los valores teológicos del análisis de Cardedal, que va desde la consideración del trabajo de Zubiri a la gesta espiritual de un pastor analfabeto, y concluyó recordando lo que un grupo inquieto de jóvenes filósofos vascos reclamaban para la ciencia escatológica: "La teología que no es capaz de referirse a la mierda no es teología ni es nada".

Lévi-Strauss, dijo Cueto, es uno de los personajes que provienen de las ciencias, "duras o blandas", y que hacen incuestionable el concepto que afirma que "el intelectual de la era de la complejidad proviene de Darwin y no de Zola".

La intervención de Roca fue sintética. Afirmó que la lectura del análisis de Aron deja "un regusto amargo en la boca", porque la muerte del filósofo anula su capacidad para volver sobre lo que ya escribió.