México se considerará agredido si se produce una accion militar exterior en América Latina
El presidente de México, Miguel de la Madrid, manifestó el pasado miércoles que cualquier agresión contra un país latinoamericano será una agresión "contra nosotros mismos", y que atentar contra el derecho de autodeterminación de uno de los pueblos del continente sería "atentar contra nuestro propio derecho soberano". Esta declaración, que evidentemente estaba referida a una eventual intervención norteamericana en Nicaragua, fue hecha en el marco de una visita oficial de tres días que ha realizado a este país el jefe del Estado colombiano, Belisario Betancur.
Los dos presidentes analizaron la marcha de las negociaciones del Grupo de Contadora, que atraviesan una etapa de estancamiento después de las observaciones presentadas al acta revisada por los Gobiernos de Honduras, Costa Rica y El Salvador.En un comunicado conjunto, Betancur y De la Madrid subrayaron la necesidad de una solución negociada a los conflictos centroamericanos, lo que exige el cese de demostraciones de fuerza y acciones desestabilizadoras. Ambos exhortaron a los países con vínculos e intereses en la región (léase Estados Unidos y Cuba) a que contribuyan con hechos concretos a culminar el proceso de negociación.
Betancur se negó a admitir que haya fracasado el Grupo de Contadora, que nunca se ha fijado un plazo determinado para finalizar sus gestiones. No quiso pronunciarse, sin embargo, sobre la posibilidad de que a comienzos de enero, al cumplirse dos años de la creación del grupo, pueda llegarse a un acuerdo total sobre el acta de pacificación, tal como pronosticó en Madrid el canciller hondureño, Edgardo Paz Barnica.
A juicio de los dos jefes de Estado, la negociación del Grupo de Contadora, a la que están dispuestos a contribuir con todo su esfuerzo, constituye la mejor opción regional frente a las actitudes de intolerancia que aún existen en Centroamérica.
En este sentidido, el acta de paz revisada, que se entregó a los países afectados el 7 de septiembre, sigue siendo un documento válido, que refleja los principales temas de controversia, aunque se admita que las observaciones de algunos países centroamericanos se incorporen al texto final, en la medida en que contribuyan al proceso de pacificación.
El presidente colombiano describió al Grupo de Contadora como una entidad de vocación efimera, que no nació para sustituir a los países centroamericanos sino para contribuir a que ellos mismos encuentren módulos de solución a sus propios problemas.
"Cada día que amanece y no veo en los periódicos un gran titular sobre el estallido de la guerra en Centroamérica es un día de elogio a la acción del Grupo de Contadora", afirmó Betancur. "Detener la guerra ya es andar un trecho importante".
El comunicado conjunto reconoce la existencia de graves tensiones y esquemas de confrontación que vulneran los esfuerzos tendentes a la paz.
Para poner término a este estado de cosas los dos presidentes convinieron en la necesidad de que cese la carrera armamentista, las acciones de hostigamiento y los alardes de fuerza, y se fortalezca la democracia mediante programas de conciliación nacional.
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