La implantación de válvulas cardiacas defectuosas provoca una interpelación parlamentaria
Los diputados comunistas del Grupo Mixto del Congreso han presentado una interpelación al Gobierno en la que se pide que se hagan averiguaciones y se informe a la opinión pública de la efectividad de las válvulas cardiacas bioprotésicas -obtenidas a partir de tejidos humanos o de animales- Durafic y Xenofic, comercializadas por los doctores José Luis Castillo Olivares y Diego Figuera Aymerich. Los datos facilitados ayer en una conferencia de prensa por Blas Aguera, responsable de política sanitaria del PCE, apuntan a que la mortalidad entre los pacientes intervenidos es alta, las válvulas dejan de funcionar en el plazo máximo de dos años, y, sobre todo, que se implantaron en personas cuando, en opinión del PCE, no estaban suficientemente experimentadas.
Las válvulas Xenofic, construidas por el laboratorio Implantes Médicos (Implamedic), empresa constituida en 1978 por los dos doctores citados, más la esposa de uno de ellos y un cuarto socio, fueron producto de las investigaciones realizadas por ambos doctores. Desde 1979 hasta 1983 se utilizaron en enfermos con insuficiencias cardíacas, a pesar de que, según un escrito oficial firmado por Félix Lobo, director general de Farmacia y Medicamentos, el pasado 24 de febrero, "la válvula aórtica Xenofic no está autorizada por esta Dirección General".Asimismo, un telegrama remitido el 23 de febrero a los hospitales españoles señalaba: "Dirección general de Farmacia y Productos Sanitarios advierte riesgos graves en utilización válvulas cardíacas Xenofic AP80, Xenofic MP80, válvula aórtica Durafic y válvula mitral Durafic. Proceda a su inmovilización".
Desde primeros del año en curso, según afirmó Blas Aguero, no ha vuelto a implantarse ninguna válvula, de cualquier modelo, de las construidas por Implamedic. Al contrario, lo que se está haciendo en estos momentos es intervenir de nuevo a los pacientes para quitarles la bioprótesis y sustituirlas por otras.
Datos oficiales mencionados por Blas Aguero, procedentes de la clínica Puerta de Hierro, señalan que, de los 38 implantes realizados en dicha clínica, 8 pacientes murieron, 10 ya han sido reintervenidos, y "el resto están siendo observados por el servicio de Cirugía Cardíaca".
Eduardo Calvo Gómez, un hombre de 33 años, que asistió a la conferencia de prensa del PCE, expuso su propio caso personal. Eduardo Calvo fue uno de los pacientes a quien, en octubre de 1981, se le implantó una de las válvulas Xenofic, que le tuvo que ser retirada en agosto de 1982 y sustituida por otra diferente. Calvo Gómez, junto con otros seis pacientes y familiares de otros tres que fallecieron, están en trámite de constituirse en asociación de damnificados para poder reclamar por vía judicial las responsabilidades pertinentes.
La interpelación se interesa por el número de implantes realizados en toda España, el seguimiento de cada caso y también por las posibles exportaciones de válvulas a otros países, concretamente a Inglaterra e Italia, y pregunta si el Gobierno ha advertido a las autoridades sanitarias de dichos países de los riesgos de su utilización.
"Campaña de distorsión"
Un portavoz del Ministerio de Sanidad señaló ayer que se trata de un tema conocido y seguido por el equipo ministerial actual, el cual, una vez en su mano todos los datos sobre el tema, procedió a la desautorización total de las válvulas, ordenando su inmovilización y siguiendo el sistema habitual de información a los sectores sanitarios interesados.
El doctor Diego Figuera se encontraba ayer asistiendo a las XII jornadas internacionales de Actualización Cardiovascular. "Todo este cúmulo de acusaciones del PCE", afirmó a este periódico, "no son más que distorsiones de la realidad. Las válvulas se dejaron de implantar en 1982, porque empezamos a constatar la existencia de algunos fallos. Pero eso es algo normal en este tipo de operaciones. Yo mismo, con mucha frecuencia, tengo que retirar válvulas importadas de otros países, de probada eficacia. También de las nuestras habrá habido que sustituir alguna".
Una válvula de estas características", añadió el doctor Figuera, "no se sabe realmente cual va a ser su funcionamiento, en el cuerpo del paciente, hasta que la implantas. La válvula nuestra está suficientemente experimentada, no sólo aquí, sino en Inglaterra, EE UU y otros países. Hoy día funcionan perfectamente más de la mitad de las que implantamos hasta 1982. En cuanto a esa acusación de que las válvulas no estaban autorizadas, es otro absurdo. No existe la figura de la autorización. Las válvulas están registradas legalmente, como todas las prótesis. Repito que este asunto se ha distorsionado. Ha habido un señor, al que no conozco, que ha intentado sacar dinero con este tema".
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