Las ZUR, resultado natural de la reconversión
Las Zonas de Urgente Reindustrialización (ZUR) son el resultado natural de la política de reconversión industrial llevada a cabo en los últimos tiempos por el Gabinete socialista. La reconversión de diversos sectores industriales, considerada imprescindible tanto desde una óptica económica interna como de la competitividad de los mercados exteriores, plantea sin embargo los problemas sociales y humanos de los excedentes laborales que genera el proceso.
Para encontrar empleo alternativo a los recursos liberados por la reconversión se crean las Zonas de Urgente Reindustrualización. Generalmente es una mano de obra que vive en zonas de gran tradición industrial de España -País Vasco, Cataluña, Asturias, y Madrid, con el añadido de parte de Galicia y Andalucía- y por tanto ha estado bien remunerada y cuenta con cierta especialización.
La reconversión y su efecto rodillo en tales zonas proporcionan sin embargo una oportunidad única para crear industrias nuevas, de alto contenido tecnológico, resistentes a la crisis y con productos orientados a una multiplicidad de mercados. Las ZUR pueden ser, pues, además de una vía para absorber a las víctimas de la reconversión, una oportunidad para reorientar la sempiterna vocación de reindustrialización del país.
El esquema de las Zonas de Urgente Reindustrialización implica, dentro de esta filosofía, poner a punto una serie de beneficios capaces de incentivar proyectos de inversión, mediante la creación de nuevas empresas que puedan absorber los puestos de trabajo destruidos por la reconversión, en un proceso localizado en las zonas que precisamente han sufrido con más dureza los resultados de la misma.
Polémica localización
La localización concreta de las áreas geográficas que podrían llegar a disfrutar de los beneficios de las ZUR ha sido, en los meses pasados, una fuente inagotable de rumores y tensiones. Todo el país se ha apuntado, en algún momento de 1984, a la tómbola de las ZUR, haciendo abstracción de los requisitos comentados.Otro de los interrogantes ha consistido en cómo conjugar los beneficios de las ZUR en los casos de zonas que ya tienen concedidos otros esquemas de incentivos para atraer industrias.
Como criterios para la localización de las ZUR se han tenido en cuenta la importancia de las industrias reconvertidas -naval, siderurgia-, los puestos de trabajo perdidos, el nivel de paro de la zona y la posibilidad de industrias alternativas.
El esquema se apoya con subvenciones presupuestarias de hasta el 40% de la inversión y beneficios fiscales en forma de exenciones arancelarias de hasta el 95% de la importación de bienes de equipo y del mismo porcentaje en los impuestos de las corporaciones locales donde se asienten.
Conviene diferenciar el origen y realidad de las ZUR de otros instrumentos de ayuda ya existentes, derivados de la necesidad de reducir los desequilibrios regionales presentes en España desde tiempo inmemorial y a cuya corrección se orientaron ya los famosos Planes de Desarrollo del franquismo, con sus polos de promoción y de desarrollo. Hoy, la política de desarrollo regional existente en España es un cierto desbarajuste, con falta de coherencia interna, coordinación gestión eficaz.
Así, son varios los ministerios que tienen que ver con esta política de desarrollo regional. El Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo actúa a través de las grandes áreas de promoción industrial -de las que actualmente existen cinco: Galicia, Extremadura, Andalucía, Castilla y León y Castilla-La Mancha- y el Polo de Oviedo, un curioso superviviente de los polos del primer Plan de Desarrollo del año 1964. El Ministerio de Industria y Energía ejerce su competencia en los polígonos y zonas de preferente localización industrial -37 vigentes en toda España- y las zonas de protección artesana. Finalmente, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación interviene a través de las zonas de ordenación de explotación agrarias y de las zonas de preferente localización industrial agraria.
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