El cineasta mexicano 'Indio' Fernández aprovecha el tiempo en el festival de Huelva

Emilio Fernández, o Indio Fernández, que es como se le conoce, es todavía militar, teniente coronel del arma de artillería. Hizo la revolución mexicana de 1917, donde lamenta haber perdido a la mayor parte de su familia. Coincidiendo con su adiestramiento como piloto, se introdujo en el mundo del cine, tanto como actor, director o guionista, hasta convertirse en uno de los más importantes cineastas de Latinoamérica.Últimamente participó en el rodaje de Bajo el volcán, donde cumple su sueño real: el control de un gran salón al estilo del Oeste americano "con muchas mujeres a las que controlar". Conoció a Malcolm Lowry durante su etapa como cónsul inglés en Cuernavaca, y allí le reveló su deseo de construir en su finca de Acapulco el famoso salón, en la cima de una montaña, patriarca de prostitutas y de juerguistas. John Huston, director de Bajo el volcán, le ofreció un papel en la película precisamente por eso. "Me cayó bien ese muchacho cuando me ofreció hacer el papel, especialmente porque yo ya había conocido hace ya mucho tiempo a su padre, Walter Huston".

Un viejo luchador

Luchador por la libertad de su pueblo, Indio Fernández no encaja muy bien eso de que el poder en su país lo tengan los civiles. "Ellos vinieron después de la revolución y están todos corrompidos, y tienen como único deseo llenarse los bolsillos".Por lo que respecta a España, no oculta su respeto hacia Franco, con el que desayunó un día, en el descanso de un rodaje. "De repente llegó él, en su automóvil, custodiado por la guardia mora. Pero no piensen por esto que yo soy partidario de las dictaduras, no es eso; me he pasado toda la vida luchando por la libertad y así pienso seguir. Lo que ocurre es que les deseo a todos los españoles que no tengan alguna vez que recordar el orden que él mantuvo", añade Indio Fernandez.

En el festival de cine de Huelva van a proyectarse siete de las películas de Emilio Fernández: Flor silvestre, La perla, Salón México, Maclovia, Pueblerina, Reportaje y La red. Además, el próximo sábado se celebrará una mesa redonda en la que se debatirá la personalidad cinematográfica de este cineasta, y en la que participarán, entre otros, el novelista Arturo Azuela y la actriz Lucha Villa, que además es miembro del jurado del certamen.

Degradación del cine

"El cine mexicano actualmente", dice Indio Fernández, "está muy mal, no saben aprovechar sus posibilidades de expresión. Ante una cámara se inclinan todas las artes, la propia historia, el mundo, el cosmos, el macrocosmos. Sin embargo, yo he vivido en cárceles, cuarteles y burdeles y no he escuchado un lenguaje tan barriobajero como el que se usa ahora en el cine".En la actualidad, protagoniza una serie diaria en la televisión mexicana, titulada La tradición, en la que encarna el personaje que él mismo es, un viejo general cansado que, a la grupa de su caballo, se lamenta del resultado de la revolución mexicana por la que lucharon, manchada ahora por la corrupción de la clase gobernante.

Sin embargo, señala que no hace televisión por su apremiante necesidad económica, "más bien le diría que el cine es un hipocampo y que este hipocampo que parió una niña divina, que es la televisión, pero que desgraciadamente el uno y la otra han caído en manos de los mercaderes y de los mercenarios de la imagen. Estamos colonizados, nuestros jóvenes sólo se emocionan cuando un pendejo da patadas a un balón y lo mete dentro de una red. Tenemos que ser capaces de llegar a ellos, de preocuparnos un poco por el destino de esta nueva generación de maltrechos, porque, lo queramos o no, de ellos depende nuestro futuro.

El actor y director, acostumbrado a vivir con independencia, llevando consigo siempre su talante de aventurero empedernido, trae de cabeza a algunos de los miembros de la organización del festival de Huelva, que han sido encargados de acompañarle.

Emilio Indio Fernández insiste machaconamente en que mantiene con plenitud su vitalidad, "y, por supuesto, no dudo de que llevaré adelante mi sueño dorado, que es montar un gran salón de los del Oeste para rodearme en él de mujeres a las que controlar. Aún hoy es más fácil que lo consiga".