Niños y ancianos agonizan en Bhopal
El desastre ecológico de la ciudad india de Bhopal adquiere proporciones catastróficas. Numerosas personas, sobre todo niños y ancianos, afluían agonizantes aún ayer a los hospitales de la capital del Estado de Madyth Pradesh para intentar salvarse de la muerte. Sus pulmones estaban químicamente quemados por el gas tóxico que escapó de una planta de fabricación de pesticidas situada en la ciudad. Según médicos consultados, entre 2.000 y 3.000 personas se encuentran actualmente hospitalizadas en grave estado. El número de muertos puede ascender a 1.200.
Son ya unas 200.000 personas, la cuarta parte de la población de la ciudad, las afectadas desde el pasado lunes por el escape desde una fábrica de pesticidas de isocianato de metilo, gas altamente tóxico que hasta el momento se ha cobrado 1.200 muertos, según fuentes médicas, y 500 de acuerdo con informaciones policiales.Unos 200 médicos fueron enviados a la ciudad siniestrada y más de cinco toneladas de material clínico llegaron desde Bombay y Nueva Delhi durante las últimas horas a los centros hospitalarios donde se cobijan los afectados. "No ha habido un solo hogar del populoso barrio donde se produjo el escape de gas que se haya librado de la muerte", confirman los supervivientes, para los cuales los niños y los ancianos fueron las primeras víctimas.
Las calles de la desolada ciudad se encuentran repletas de animales muertos por los efectos del gas venenoso, mientras sus cadáveres se descomponen a la intemperie.
Decenas de personas con los ojos inyectados en sangre y soltando espumarajos por la boca continúan encaminándose trabajosamente, como pueden, hacia los centros hospitalarios para recibir atención médica, que en la mayoría de los casos resulta incapaz de impedir las muertes. En tractores, en camiones, en brazos, o en angarillas los enfermos afluyen. Un padre mostraba ayer en su brazos a su hijo de dos años, cuya muerte se negaba obstinadamente a creer.
Las zonas más afectadas por la catástrofe han sido los barrios de chabolas que circundan la fábrica de pesticidas donde se produjo el escape, una planta propiedad de la compañía química multinacional norteamericana Unión Carbide.
En aquella zona vivían unas 4.000 personas. Ni una sola de ellas pudo ser encontrada ayer en el área, convertida en un espacio de desolación y muerte. "No hubo manera de convencer a los chabolistas del peligro que corrían instalándose tan cerca de la fábrica", dice el alcalde de Bhopal, M. K. Bisariya.
El isocianato de metilo, responsable de la catástrofe de Bhopal, considerada como uno de los peores desastres ecológicos de origen industrial, es un líquido muy volátil, poco soluble, muy inflamable y cuyo punto de ignición se sitúa a menos de siete grados centígrados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Accidentes laborales
- Pesticidas
- Unión Carbide
- Gases tóxicos
- Víctimas
- Plagas
- Fugas gas
- India
- Riesgos laborales
- Protección cultivos
- Sector químico
- Seguridad laboral
- Accidentes
- Empresas
- Problemas ambientales
- Condiciones trabajo
- Agricultura
- Trabajo
- Sucesos
- Industria
- Economía
- Agroalimentación
- Medio ambiente
- Sociedad
- Siniestralidad laboral